Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

lunes, 2 de enero de 2017

La depresión económica es influenciada por el rechazo social a la valorización abstracta

Como el capital tiene la manía obsesiva de acrecentar la producción de valor abstracto, subsume a la sociedad en actividades laborales mercantilizantes, como las de la fabricación y el consumo, pero como esa es una lógica violenta, las personas la retacean, desistiendo en parte de participar en ella, lo que, sumado a los factores recesivos más conocidos, como la financiarización de las ganancias, el deterioro de los mercados internos, la degradación del empresariado y las políticas liberales ortodoxas, causan la depresión económica. La depresión económica usualmente es mal considerada, porque a la hegemonía discursiva en la materia la tienen los capitalistas y porque, como son los capitalistas los que dominan en los sistemas sociales, sólo aceptan la inclusión económica de las poblaciones en términos capitalistas, para lo que apelan al liberalismo heterodoxo, pero en realidad la depresión no es mala en sí misma: marca por un lado una respuesta social de rechazo a la mercantilización, y por otro aporta a la crisis capitalista. El problema que tiene es la pauperización y el desempleo, pero pretender resolverlos capitalistamente, que es lo que se suele intentar, tampoco tiene sentido.

Los trabajadores en general contribuyen al estancamiento económico cuando desisten de convertirse en empresarios, y cuando inmovilizan sus ahorros, y los empresarios cuando omiten engrandecer su capital laborista, sea relajando su actividad o sea invirtiendo en las finanzas, lo que también es comprensible, porque la tasa de ganancia merma y la actividad empresarial fabril es desgastante, y está mal pretender que los empresarios se superexploten a sí mismos invirtiendo más y más en la economía básica, aunque la especulación financiera sea reprobable. Con la política socialista el problema se resolvería, pero las naciones se rehúsan a adoptarla, o lo hicieron algo de mala forma.