A las cerámicas de colores claros las hizo mi hermana Lucía Chaves cuando era chica, cerca de la crisis hiperinflacionaria del alfonsinismo. Ahora es artesana ceramista y tiene una empresa chica llamada
Ser Tera. El tapiz indígena se lo regaló mi tío abuelo Blas Guichandut a mi madre hará como hace 30 años. A esto lo digo en los términos de la seudofamiliaridad vigente.