Entre el nacimiento de Jesús y el año nuevo de ese entonces, hubo una semana, la de entre el 25 y el 31 de diciembre, pero, ¿a qué año perteneció? No pudo ser del año 0 después de Cristo, porque éste empezó después del 31 de diciembre, pero tampoco del año 0 antes de Cristo, porque Cristo ya había nacido.
Las fiestas cristianas de fin de año están naturalizadas, por lo que en vez que llamárselas así se las llama fiestas, a secas.