Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 31 de octubre de 2019

Patologías históricas de la clase capitalista

La clase partidaria del capital, la que defiende la captura, sea pública o privada, de los capitales más abstractos, signados por el monoteísmo, no se compone sólo de multimillonarios en dólares, sino también por millonarios, centomilarios, gente que cuenta sus dólares de a diez mil y menos aún, en el caso de que su opción personal sea la de que se mantenga al sistema capitalista. Es una clase enfrentada al socialismo de formas diversas, ya que su base se compone de obreros y su mitad de empresarios comunes, así como su altura de la aristocracia. Dentro de esta clase, la partidaria del capital, que es la captura en su forma simple, no necesariamente mala, sólo su cúspide es la que acumula de más en bienes de cambio, por lo que ésta se enfrenta al socialismo tanto por la tenencia de las propiedades como por la enemistad ideológica. Padece desde arriba los temores de las religiones sagradas, desde abajo la lucha de clases y entre sí la competencia extrema, esto sumado a las pujas internacionales. El capital es una economía política, es decir, una razón habitacional urbana, más que urbana sedentaria, ya que su política abarca a los residentes rurales, y que además es de fe, o sea, que si se acota el análisis del capitalismo a las empresas y al gobierno quedan mal relegadas las iglesias y la prensa, así como otras tantas clases de instituciones. En ese marco, las relaciones familiares del empresariado superior existen perversas, lo que redunda en sus enfermedades psíquicas crónicas, entre las otras de tipo individual, que hacen a las enfermedades sociales, en particular porque los capitalistas multimillonarios tienen un poder de decisión que influye a escala planetaria y que se apoya en sus partidarios dentro de la sociedad. El sesgo tramposo de esta clase recibe incidencia ideológica, de los discursos que priman en la sociedad, muy dados por ella a través de su prensa pero en concordancia crítica con los clericales y universitarios, lo que en el socialismo se replica distinto.