Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

martes, 22 de octubre de 2019

Sobre la crítica a los gobiernos progresistas

Los gobiernos progresistas necesitarán que se les critique porque, si no se lo hace, no pueden asumir sus errores, por lo que acumulan puntos en contra que, sumados a lo largo de los años, pueden causar que pierdan las elecciones. Ya de por sí las naciones son algo equívocas en su conducta política, porque la política es un tema complejo, que requiere mucho tiempo de dedicación, tiempo al que no se suele tener por las exigencias laborales capitalistas, y encima está cruzada por las ideas de fe y las trampas, las de la prensa en particular, como las noticias falsas, que están tan de moda y que hacen más tediosa la tarea de entenderla bien, cuando no imposible. Si a eso se le agregan las muchas faltas políticas de los gobiernos progresistas, que son frecuentes al ejercerse el mando republicano, con el desgaste tras las gestiones sucesivas, la competencia electoral se dificulta incluso aunque se la libre contra los partidos conservadores, cuyos desastres pasados no son recordados como se debe porque las sociedades no tienen la conciencia política suficiente. Entonces, el progresismo deberá alentar que se lo critique, pero no aprobar cualquier crítica, ya que las habrá malas y mediocres, e incluso las buenas tendrán sus flaquezas. Esto le permitiría tener más fuerza para mantenerse en el gobierno e implicaría que corrigiera mejor algunas de sus fallas, de las que más dependen de sí mismo, ya que hay otras muy condicionadas por sus factores externos, a las que tendrá que soportar mientras que estos persistan tal como son.

También es cierto que los gobiernos progresistas debieran responder bien a los aspectos válidos que tuvieran las malas críticas que se expresaran en su contra, desde las regulares hasta las pésimas, pero eso no saldrá siempre porque la conducta social es algo errática y los gobiernos están muy presionados: no tienen tiempo para procesar bien a fondo todos los debates, ni tampoco sus actores externos están bien predispuestos lo necesario para ello.

Otro tema es que, si bien en ocasiones los gobiernos progresistas pueden reponerse de sus faltas, y ganar las elecciones a pesar de ellas, entonces lo hacen debilitados, con más opositores, que luego tienden a ponérseles en contra durante su mandato.