Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 30 de octubre de 2019

¿Qué son las células y cuándo empieza la vida? ¿Qué es el peso?

Las células son los organismos vivos, pero a los virus, los espermatozoides y los óvulos no se los considera como tales a pesar de que tienen una membrana que los identifica y que recubre a sus órganos internos, así como cierta sensibilidad para notar su entorno e inteligencia para actuar en él. Éstos tres grupos son más pequeños y menos duraderos que las susodichas células, y también tienen forma de celdas. Asimismo, la etimología de los virus es incorrecta, porque no son toxinas: su efecto enfermante opera distinto, y a veces los virus no enferman a nadie. También tienen buenos efectos.

Si se admite que los óvulos y espermatozoides son seres vivientes, entonces se debe concluir que la vida humana empieza antes de la fecundación, ya que los organismos celulares que la realizan también viven. Si la sensibilidad es un criterio de demarcación válido para definir a lo vivo, pues habría que incluir a estos grupos, ya que tienen sensores con los que interactúan con su exterior. Son cuerpos metabólicos, en el sentido de que se mantienen a partir del intercambio y procesamiento de sustancias extraídas de su medio, al que luego expulsan otras, sin lo cual perecen, y son volitivos, ya que deciden algunos de sus actos según la información que obtuvieron desde afuera.

Los seres vivos nos caracterizamos por apropiar, por tomar cosas del entorno para nuestro provecho, de lo que luego sale nuestro descarte. Los inertes no se apropian de las cosas, no las toman para aprovecharlas, porque no tienen la capacidad de pensar en qué les es provechoso, a lo que se aprende con la experiencia. Los genes van junto a la propiedad, porque con ellos se piensa en qué es y en cómo hacerla. El arrastre de cuerpos livianos de la gravedad no se da por decisión de los pesados, sino mecánicamente. Es una reacción inanimada, la de la fuerza simple, que es la inorgánica. La fuerza de los seres inertes es análoga al espíritu, pero la del espíritu es viviente. La energía inorgánica es como la del alma, es la fuerza de las cosas, como la del movimiento de los electrones alrededor del núcleo, que en la materia viva sucede compuesta en organismos celulares, bastante rellenos de agua y codificados con genes. El alma comparte con la fuerza de lo muerto la energía del movimiento inercial, pero es algo más concreto, al igual que lo muerto es más macizo, porque las cosas tienen tanto elementos pesados como livianos. Los pesados tienen su ligereza, ya que unos pesan menos que otros, salvo los más pesados de todos, y los livianos pesan también. En verdad la cuestión del peso es relativa: todas las cosas pesan algo. Se trata de mayores y menores pesos.

Cuando algo se cae lo escuchamos como "pé", "púm", "tóc" y demás. Le da un golpe contra el piso que suena así, así que ese puede ser el origen de la palabra "peso", tanto como la actividad de pesar, pero ella venía de antes, ya que los vivientes oceánicos también pesaron sus propiedades, aunque en el agua las cosas pesan menos. Lo que golpea más fuerte pesa más que lo que menos, cosa que se tuvo en cuenta al hacerse las tareas primitivas y que luego se representó, no por el peso de las gravedad terrestre sino por el del costo, en los valores más abstractos, desde la sal a las piedras preciosas, monedas, billetes y cuentas bancarias. Una tarea primitiva fue la de manejar piedras, por lo que las ideas con que pensamos el trabajo se forjaron con ella, luego muy complejizadas, para bien y para mal, que ya existían antes y que se potenciaron con el dominio humano de la técnica. La tarifa fue aquéllo con lo que se midieron las tareas, establecida en trueques poco monetarios, antecedidos por la representación del valor en sal y piedras hermosas. Fue un invento de los comerciantes, que eran urbanos y que ejercieron la usura antigua, antecesora de la medieval y la moderna, pero deriva de la tarea, que se da en todas las formas de trabajo.