Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 19 de diciembre de 2019

De que el fernandezismo reproducirá el ciclo contaminante

En el gobierno de Alberto Fernández la producción híper-contaminante del capitalismo de modernidad fetichista persistirá. No la puede detener un gobierno electo, porque está asegurada por las leyes supremas, a las que el ejército responde, más porque tiene una tradición conservadora y vínculos íntimos con el gran empresariado, sobre todo en la cúpula; pero aparte porque la mayoría de la sociedad no es ecologista. Para que la producción sea sana, la constitución tiene que ser ecologista, lo mismo que la mayoría de la sociedad, y el gobierno argentino asumió con la promesa de ejercer un modelo de capitalismo proteccionista, que requiere sí o sí de la producción en serie, lo que implica mantener niveles altos de transformación de la materia, por lo que mucha contaminación. El mantenimiento de la producción de gran escala es una exigencia tanto popular como forzada por la deuda, cuyos pagos obligan al gobierno a sostener un producto bruto aberrante, lo que en los otros países también pasa y por distintos motivos. El problema con esto son todas las enfermedades que causará y que impedirá curar, es decir, su gran lesividad, por lo que el tema de reducir la producción a un nivel óptimo seguirá presente. Es un tema que la comunidad humana tendrá que asumir para vivir mejor en los próximos siglos. La concreción del buen vivit dependerá de eso.

El ecologismo es próximo al socialismo, lo demanda, porque la producción, para ser buena con la naturaleza, tiene que ser bien igualitaria entre humanos. Para que la producción tenga buen éxito el discurso de la especie tiene que ser verdadero, aunque no del todo. La producción es la acción dicha para proveer los bienes, sean los de reproducción sexual, subsistencia, política, juego y así. "Pro" es "bien", "duc" "decir" y "ción" "acción". Los productos son las cosas hechas mediante la producción, pero entonces cabe reprobarla por lo que tiene de malo. No es una producción muy verdadera, ya que no está del todo bien hablada, por lo que es muy explotadora, muy enfermante, mucho más de lo que podría y debe ser. En cierto punto es un problema ideológico, o sea, que para resolverlo bien se tiene que resolver bien la cuestión de la ideología, que no es suficiente pero sí necesaria. La dimensión ideológica es una más de las que componen el mundo vivo, en particular el humano, como la económica y la política, y para que funcione bien la sociedad todas tienen que estar bien compuestas. Hay seres vivos no humanos que tienen razón doméstica, ya que piensan en sus casas, y otros que viven en colmenas, es decir, que piensan y ordenan su existencia social, por lo que la economía y la política no son exclusivas de la humanidad. También tienen arte, como el canto de los pájaros, juegos y sexualidad, con placeres y quizás balance sobre la propia conducta. Es difícil que el remordimiento sea privativo de lo humano, pero capaz que sí. Seguro que organizan guerras entre sí, y ataques de caza, lo que ya supone un alto grado de coordinación.