Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

lunes, 23 de diciembre de 2019

De que la trofia es ecocida

Alimentarse es ecocida, ya que al hacerlo se mata a un ser viviente, y todas las especies cometen ecocidio, ya que hacen caer al ambiente que crece, pero el hecho de que cada especie viva asesine a otros vivientes no quita que la apropiación humana sea mucho más ecocida de lo que debe serlo, cosa a la que se podría lograr, pero para eso se tendría que superar bien al pietismo, es decir, concretar bien sus buenos deseos mediante su destrucción parcial, relativa a sus malos aspectos, y bien medida, para que sea justo lo cual también debe ser bien destruido lo malo del verismo. La transformación que requiere la humanidad para apropiarse bien del entorno necesita la buena revisión, entre las otras instituciones, de las iglesias, pero así también de un trato justo con los clérigos, ya que si no se cometería un crimen histórico, que impediría la buena concrección del socialismo, obligatoria porque la mala no le sirve bien a la especie, al proletariado ni a la naturaleza. Lo mismo vale para el empresariado y las subclases, cada cual con sus cuestiones reprobables y sus méritos.

La trofia es la apropiación primaria, la alimenticia, en la que se inspira la noción de la propiedad. Los vegetales la hacen de agua, luz y otros nutrientes de la tierra, compitiendo a muerte para sobrevivirse, a la vez que colaborando, cuestión en mucho inordenable para la humanidad. A la vez, se nutren de los tóxicos ambientales, a los que absorben y que inciden en sus sistemas nerviosos, causándoles muerte y ebriedad, tanto como alentándoles la reproducción.

La humanidad necesita reformar mucho su comportamiento para alcanzar el buen vivir, por lo que una reforma constitucional internacional, con la de sus entidades trasnacionales. Entonces, pretender siempre buen comportamiento no tiene sentido, pero tampoco a los gobiernos. En una época de fe, los gobiernos no pueden ser buenos siempre. Lo hacen de manera contradictoria, acribillando gente con malos juicios que provienen del empresariado alto, el principal emisor de la ideología liberal, que es la que prima en el mundo, seguida del libertarismo comunista gobernante, que manda más desde el capital público, que es el gubernamental, muy recusado por el liberalismo, tratado como fuente de los males con razón mediana, con una razón insuficiente pero con algo de valor, lo que se replica de otro modo en el sector ateo, que no alcanza a generar buena razón conjunta y que contiene crímenes semejantes, tal vez menores o tal vez no. Ambos bloques proceden a creencias, ya que el teísmo es de fe y el ateísmo descreyente, estándose lejos de que se averigue bien todo lo necesario para la buena síntesis colectiva de la realidad, precisa para ordenar bien la apropiación humana. Al descreerse de los dioses se puede equivocar porque algo por fuera de lo que consideramos el universo seguro que hay, que lo atraviesa desde afuera y dentro de lo que éste es, pero también está mal pensarlo de manera distinta a la que tenga. En eso, lo que se debe, es admitir ignorancia. Si no, se comete una falta, que tiene consecuencias en la apropiación humana, a la que se guía desde los idearios, que son científicos en cuanto que discirnientes, pero de discernimiento algo errático. En verdad, la idea del universo está mal planteada, porque si se lo toma como lo único que hay visado, o versado, aquéllo de lo que hablamos porque lo percibimos, entonces no es todo el mundo, tiene un exterior que no será versado hasta que lo hayamos reconocido, y quizás sea una parte muy menor, haya luego algo otro, y dimensiones de la realidad ignoradas dentro de lo que reconocemos de la realidad. Al universo se lo considera como si fuera todo el mundo, pero luego se dice que tiene un exterior donde está dios. Ese exterior sería a la vez parte y externo al mundo, lo que implica una falta lógica, admitida por tratarse de dios, pero en verdad no hay consenso en materia de dioses, ya que hay muchas religiones, por lo cual todas están algo equivocadas, ya que aseguran tener la razón sin que las otras las aprueben, lo que no necesariamente es válido pero casi siempre sí lo es.

La buena convivencia humana entre sí y con el entorno, aunque estuviera llena de conflictos, abusos y competencia, necesitará de razón social suficiente en materia teológica, entre otras cosas. Implicaría peleas, hasta las a muerte, pero muchas menos, y se les haría el balance para corregirlas, como una suficiencia mejorable.