Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

sábado, 7 de diciembre de 2019

Poligamia silenciada

La ley vigente se contradice con la naturaleza del deseo sexual humano, que es polígamo, y exige un comportamiento monógamo, que es frecuente que se lo desobedezca y se aparente cumplirlo. La ley oficial demanda monogamia, y el deseo poligamia, lo que redunda en una combinación entre la monogamia auténtica y la forzosa, la seudo-monogamia y la poligamia cerrada, es decir, reprimida, secreta y oculta. La solución es la de una buena mezcla gámica, imposible de concretar a corto plazo, con poligamia bien abierta, que debe ser debatida por la sociedad y sancionada en la ley, para lo cual la razón social referida al matrimonio debe ser mucho más verdadera de lo que es ahora.

La poligamia no debe ser mal impuesta, ni tampoco absoluta. Tiene que ser una posibilidad a escoger o denegar por cada quien, según la decisión que tome, pero ocasionalmente tiene que ser debatida, porque las relaciones maritales son y deben ser cambiantes, aunque no siempre y sin que el cambio sea siempre para bien. La monogamia debe ser de opción individual, y también libre de tabúes y prejuicios insanos, que tanta violencia doméstica aparejan.

Esto es obvio que está muy influenciado por la economía porque la economía nos insume mucha dedicación, restándole tiempo y fuerza a las otras actividades filiares -que se dan todas juntas, con primacías y secundariedades mudables, según el tipo de edificio que se habite-, pero también responde a los preceptos eclesiásticos, que influyen en el derecho civil y la cultura popular, que son sobre todo de tribunales y viviendas.