Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 26 de diciembre de 2019

Sobre la culpa de la quema y la imposición masculina a las piñas

La humanidad tiene el recuerdo de su quema, porque nuestra historia produjo una quema de árboles de miles de años, pero lo mismo pasa con el resto de nuestra apropiación. La humanidad recuerda su pasado, con su apropiación de bienes, los cuales son materia, creados con la transformación de las cosas alcanzables, que tiene consecuencias planetarias que inciden en la naturaleza, por lo que cabrá la autocrítica humana, la de nuestra apropiación, muy ganadora para dejarla ser sin criticarla. La humanidad deberá corregir su producción, por lo que deberá corregirse lo suficiente, para lo cual deberá pensar, decidir cambiar y hacerlo, y encima bien. En tanto que no asuma bien sus faltas ideológicas, no lo podrá lograr porque las ideologías son fundamentales para la toma de decisiones, a parte de la práctica se la planifica con las ideas, que provienen de las concepciones de mundo de las religiones, las ateas inclusive.

Las actuales son leyes asaderas, es decir, que coexisten con el asado, un método de cocción a las brasas que antecede al politeísmo, la de la mistificación primitiva, la animista, que no fue sólo diabólica, ya que tuvo sus cultos diurnos, como los de los dioses de ríos, océanos y bosques, con relatos morales no del todo ciertos. El culto diabólico es nocturno porque la noche fue la que más requirió del encendido de fogatas, por el frío y los animales menores, algunos muy peligrosos, como las panteras y serpientes, tanto como los sapos venenosos y la tarántulas de la selva, fogatas en las que se coció a algunos cazados, antes de hervírselos y fritárselos, cuando se inhaló humo. El satanismo es un credo lanzero, porque para cazar animales con cuernos se necesitaron las lanzas. Su fuego viene del asado. A los piedrazos fue más difícil ganarles, se les ganó poco. Hasta las cabras nos ganaron, y de los toros había que salir corriendo. Luego, con los arcos flechados, a la caza se la facilitó, así como permitieron los dardos, anteriores y contemporáneos al manejo alfarero, que supuso un asentamiento más prolongado, el del modelado y cocción de barro, que se hizo en las fogatas diurnas y que dio a los ladrillos, cocidos a fuego, semejantes al adobe del desierto, que se diseca con el sol ardiente. Con la metalurgia todo eso cambió, permaneció transformado, con elementos más modernos, como los grilletes, con que se sujetó a los esclavos en la antigüedad, algo que, con las modificaciones conseguidas por la lucha anti-esclavista, prosiguió mucho hasta el día de hoy. El patriarcado implica que haya un ejército de padres arqueros, o sea que es anterior a la metalurgia. Cuando se armaron ejércitos de hombres con arcos, a las mujeres se les hizo imposible ganarles a las piñas, por lo que se estabilizó una superioridad social, la de género masculino. Las pinturas rupestres tratan sobre el patriarcado, de clanes cazadores con milicia masculina. Las mujeres no participaron tanto de la caza, fueron más de tareas domésticas y recolectoras, y algo desarrollaron las exploraciones previas a la agricultura arada, así como la alfarería. El predominio masculino por sobre la mujer depende mucho del tamaño del cuerpo, porque se da con peleas de trompadas, a las que las mujeres pierden mucho más que los hombres porque son más débiles para eso, aunque lo puedan revertir de otros modos. Entonces, hace falta entender la relación entre el patriarcado y los sexos masculino y femenino, cruzados un poco por lo intersexual, como una relación entre grupos de cuerpos, difórmicos e intersexuados, en la que las pujas se hacen con cuerpos, cuyas formas y contenidos son decisivos, entre otras cosas como sus habilidades, sin que se haya alcanzado buena conclusión, de lo que da cuenta el hecho de que la ley no es igualitaria en temas de género, lo que es tanto necesario como insuficiente.

Si se toma al patriarcado como el mandato de los padres iniciado luego de inventarse los arcos con flechas, se supone que la desinencia "arcado" remite a dichos arcos, pero la palabra "patriarcado" tiene más sentido si se la entiende como orden paterno. Entonces, ese "arcado" significaría al orden.