Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 14 de abril de 2016

Ciencia y seudociencia; saber común

De igual modo que la filosofía tiene su contraparte mala, la ciencia comparte un vínculo con la seudociencia. Lo que caracteriza a la filosofía es la búsqueda del saber, de la verdad, por lo que es científica. En cambio, cuando se trata de especulaciones abstractas, aunque tengan anclajes en la realidad objetiva, no son filosofías sino seudociencias, que es el caso de la ciencia teológica, del psicoanálisis y de muchas de las vertientes consideradas como parte de la filosofía, como el existencialismo, el nihilismo o la fenomenología, aunque en realidad habría que distinguir que la seudociencia no es falsa del todo, sino que tiene atisbos o núcleos de verdad, pero que son insuficientes, junto con sus falsedades, sus ideas carentes de objetos, o inadecuadas a ellos, e incluso puede suceder que estas corrientes sean de un cientificismo algo falso pero corregible: oscilan entre la seudociencia y la ciencia.

Asimismo, algunas de las especulaciones cientificistas, incluso las materialistas, como las del estructuralismo althusseriano, y hasta las de Marx, también contienen falsedades, pero sirvieron para pensar, lo mismo que la seudociencia pero de otro modo, aunque ambas deban ser superadas para bien de la humanidad. El materialismo histórico, lo mismo que las otras vertientes con pretensiones científicas, tiene aciertos válidos, y ellos son la base para una explicación verdadera de la historia.

El socialismo científico ha sido acusado de ser una seudociencia por Mario Bunge y otros epistemólogos, porque su explicación de la realidad es forzada, o sostiene planteos carentes de comprobación. Puede ser, pero también hay que considerar que es un marco interpretativo de gran alcance, al que se puede corregir y que aspira a ser objetivo, y no por la ciencia como fin en sí mismo sino como guía para la práctica, o sea, para la felicidad humana, lo que es la meta de la filosofía.

Lo que caracteriza a la ciencia es el discernimiento. “Ciencia” viene del vocablo griego “squizo”, dativo de “escindir” en el sentido de discernir, lo que se hace para crear ideas adecuadas a sus objetos, sean ellos ideas u otras cosas. Entonces, no es cierto ese argumento de los metodólogos de que el materialismo histórico sería acientífico por carecer de un método comprobado y estandarizado, ya que el método es un medio para descubrir la verdad, no un fin en sí mismo, de igual modo que hay métodos comunes para hallarla, y que son los que emplea la gente común para aprender lo que sucede en sus entornos, aunque ese saber usualmente no sea académico sino de la vida cotidiana: es que la ciencia escolar todavía no reconoce bien como saber a la ciencia común, la simple de la gente durante sus vidas, que es importante y necesaria para que la práctica social sea satisfactoria.


Notas

1. Eso de que Althusser haya sido estructuralista tendría que ser debatido, porque Marta Harnecker explicó en una entrevista, publicada por Rebelión el 17 de marzo con el título “El legado de Louis Althusser al marxismo”, que cuando tradujo La revolución teórica de Marx del francés los editores le corrigieron mal una expresión referida a la estructura, y por eso la lectura que se hizo de él es estructuralista, o más estructuralista de lo que Althusser habría querido.

2. El materialismo histórico es la parte social de la ciencia. La ciencia, en tanto que inclinada a la materia, es materialista, y la referida a la historia humana, es la histórica, aunque habría que aclarar que el materialismo histórico tendría que llamarse “materialismo histórico humano”, porque los otros seres vivos también tienen historia, y son sociales, intra e interespecístamente. En realidad, el universo también la tiene, y todo lo que es puede ser comprendido por el materialismo histórico, ya que éste, además de postular que la materia origina al pensamiento, estudia la historia: aunque hasta ahora se haya focalizado más en la historia humana, nada impide que aborde también a la del universo, la Tierra o la del resto de la naturaleza, y hasta podría incluir a la historia de lo que hubiera por fuera del universo, si hubiere algo y fuese conocido; es más, es necesario hacerlo, porque la felicidad humana, y la compresión de la historia humana, requieren de esos conocimientos. El materialismo histórico tiende a ser la ciencia, así sin más, y no puede cumplir su meta sin serlo, porque el orden humano justo no puede ser realizado sin el conocimiento probado y necesario del universo, de igual modo que sin él no se puede entender bien a la historia humana.