Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 20 de abril de 2016

Cuando la filosofía no se entiende

Hay ocasiones en que los lectores de discursos filosóficos no los entienden, y no porque no tengan los saberes o la inteligencia necesarios para eso sino porque los escritos son incomprensibles, lo mismo que vale para los relatos orales, porque la filosofía tiene una relación intrínseca con la teología, dado que la reflexión presuntamente filosófica de la edad media fue hecha por los sacerdotes y en los monasterios mayormente, y que luego, a partir del renacimiento, la enseñanza privada siguió siendo teológica en general, además de que la pública combina al ateísmo con la creencia, por lo cual el pensamiento filosófico en gran medida es hecho por creyentes, que componen de maneras fallidas a sus concepciones teístas con las referidas al saber, lo que redunda en toda una serie de razonamientos sobre qué es el mundo y cómo se lo conoce que tienen que dar unos rodeos ultrasofisticados, o simplemente pieros, para hacer sus explicaciones, que las tornan oscuras, crípticas y enigmáticas, y omisivas de lo que no se condice con sus ideas. Esto es bien claro en la metafísica, pero también en la fenomenología y en el existencialismo.

La filosofía, para ser verdadera, tiene que ser fácil de entender, porque su meta es guiar bien a la práctica humana, por lo que debe ser comprensible para el común de la gente, que además tiene una inclinación a la filosofía porque la gente quiere saber y aprende lo que es la realidad para poder lidiar bien con ella, aunque también está contrariada por creer.

Esta cuestión, la de que la filosofía es algo falsa, tendría que ser reconocida socialmente, para quitarle ese halo de sacralidad que tiene y que se sepa que cuando no se la entiende no siempre es porque uno sea tonto o ignorante, sino porque lo son quienes la exponen; y esto mismo, aunque de distinta forma, le cabe también a los filósofos del iluminismo ateo, hayan sido anarquistas, socialistas, comunistas u otros, ya que todos los humanos somos algo estúpidos.