Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

lunes, 4 de abril de 2016

Pietismo y corrupción; grandes relatos, moral y ley; ecosistema; capitalismo transitivo al socialismo

Los análisis sobre la corrupción suelen omitir el lugar del pietismo en la corrupción social, pero este es innegable, porque los distintos credos imponen un conjunto de preceptos de vida que, como son idealistas, son incumplibles siempre y para todos los miembros de las sociedades, por lo que las sociedades terminan estando compuestas por individuos que en distintos momentos transgreden las normas religiosas, y las leyes estatales que se les corresponden, aunque ambas están atravesadas también por reivindicaciones comunes, que son cuestionables también, pero que en general están mejor pensadas porque apuntan a la calidad de la vida en vez que al sacrificio. El incumplimiento usual de la normatividad pía genera la costumbre de faltar a las leyes, sean eclesiásticas, estatales o de otras índoles, faltas que se retroalimentan entre sí porque las personas, a veces, se imitan en sus comportamientos.

Las leyes debieran poder ser transgredidas cuando fuese necesario y cuando eso no le hiciera demasiado mal a los seres vivos, e incluso, si el acto a cometer fuese prescindible, se debiera abstener de cometerlo aunque fuera poco malo, pero para eso sería preciso que las personas fueran razonables, para que se juzgaran comúnmente sus prácticas, lo que no puede ser cuando son religiosas, porque las religiones las someten a concepciones falsas y penosas, y que no tienen a la cordialidad social como objetivo prioritario.

La acumulación de capital es un factor secundario en la corrupción social, pero igual es importante, lo mismo que la de poder. La cuestión es que ambas están inmersas en la irracionalidad humana, derivada de las concepciones del mundo pietistas, con las contradicciones y salvedades históricas que tienen, ya que ni todo el pietismo es irracional ni los materialismos carecen de faltas, y también están las brutalidades a consecuencia de ignorancias que no son originadas por la piedad, sino que tienen otras causas, como el militarismo, que a su vez se relaciona con la piedad y los demás factores sociales. El pietismo es un factor determinante de la práctica social, y es generalizante, pero no es el único: lo que pasa es que es la base para mucho de lo de los demás, porque hace a las concepciones sociales de lo que debe ser la humanidad. Es totalitario, o sea, que las piedades proporcionan grandes relatos sobre el origen del universo y de la humanidad y buscan ordenar al conjunto de las prácticas humanas según aquellos, que, como no son verdaderos, contrarían a las personas, lo que termina en una lógica social que establece normas idealistas que son incumplidas, aparejando pena: para resolver eso las leyes tendrían que ser verdaderas, consensuadas y modificables circunstancialmente, si es que se lo hace con razón suficiente y social. No tiene que dárseles el carácter de absolutas, sino el de guías relativas subordinadas al bienestar del ecosistema, dentro del cual está la sociedad humana terráquea.

Los casos de las naciones de gobiernos ateos con tolerancia a las religiones y de capitalismo de estado, con o sin participación privada, los de transición al socialismo, son algo análogos al del pietismo, aunque tengan diferencias sustanciales con él, porque el idealismo adopta en ellos una forma atea, también productivista y desarrollista, desde la que se pretende ordenar a las sociedades, lo que igual causa mandatos pocas veces cumplibles, y mayormente desobedecidos, u obedecidos a desgano, redundando en la corrupción, porque las personas se frustran al esforzarse y no llegar al nivel requerido, de lo que se tornan malas, más aún cuando se las acusa por no lograr metas superexigentes: se prioriza a las metas por sobre los sentimientos de la gente. Para que el orden social funcione bien sus leyes deben tener consenso social, lo que requiere del gobierno autogestivo entre otras cosas.