Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 21 de diciembre de 2017

De la presidencia atea en Argentina

A consecuencia de un debate en privado con Guillo Pistonesi, dirigente del PTS, revisé la idea de que el artículo 2 de la constitución de este país prohíba que el gobierno sea ateo. El artículo establece que el gobierno federal sostiene al culto católico, pero no aclara qué quiere decir con eso. Puede significar que es católico en sí mismo o que le permite la existencia a esta religión, financiándole sus instituciones entre otras cosas. Esto implica que un gobierno federal ateo sería enjuiciable por anticonstitucional, a lo que debería decidir la corte suprema, sin que su fallo esté predeterminado de antemano, por lo que quizás la legislación argentina admita la posibilidad de que el gobierno no sea católico. No sé si hay jurisprudencia al respecto. Más importante es el interés político de esta nación, que es el que determina los resultados electorales, interés relacionado al catolicismo, aunque no definido del todo por éste, y que cambia con el tiempo, pero al que hay que responder en lo inmediato para precisar la política socialista. En términos sufragistas es casi imposible que un gobierno socialista no fuera obligado a adoptar una variante del liberalismo, en el caso remoto de que ganara las elecciones federales, porque éste está pautado en la constitución, es decir que habría que definir qué modelo liberal heterodoxo debiera aceptar la izquierda, incluso aunque no lo presidiera, lo que es casi seguro a corto plazo. Debiera tratarse de un liberalismo democrático crítico, ya que para más no da la conformación nacional, que alivie la vida de las personas y prepare escenarios más favorables al socialismo a mediano plazo. La crítica a las masas permite ajustar las expectativas emancipadoras a la realidad social y atenuar la sobrecarga de responsabilidad política asumida por la izquierda.

De acuerdo a Wikipedia la población atea de este país es cercana al 4 por ciento del total, un poco menos lo que suelen sacar los partidos de izquierda en las elecciones, cosa difícil de medir porque varios se presentaron secundando en el frente Unidad Ciudadana, que es encabezado por el catolicismo progresista.