Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

martes, 12 de diciembre de 2017

Idea sobre los individuos y la sociedad humana

Una tara derivada del protestantismo hegeliano es que, como presupone que lo absoluto determina a lo particular, al haber aceptado que dios creó al universo, tiene una lógica que lleva a pensar que la sociedad conforma a los individuos, pero, en verdad, somos los individuos los que componemos a la sociedad. La sociedad es el conjunto de los individuos, por lo que es lo individual lo que determina a lo social. No obstante, como los individuos existimos en relación, nuestra socialidad nos afecta. Hace a nuestra historia y a nuestra educación personales. Lo social contiene a lo individual porque se compone de éste. Pretender que la sociedad educa a los individuos es lógicamente incorrecto porque los individuos supuestamente educados son parte de la sociedad. No se puede separar a la sociedad de los individuos, porque éstos son sus elementos integrantes. Los individuos componemos a la sociedad, y a su vez ésta se forma a sí misma a través de nosotros, sus miembros, quienes con nuestras acciones hacemos a nuestra historia.

La sociedad humana es el conjunto de los especímenes de esta especie primate, pero que a su vez estamos relacionados entre nosotros, por lo que las relaciones, y sus prácticas, individuales y colectivas, inciden en la sociedad. La historia individual requiere, para persistir, del establecimiento de relaciones grupales y de prácticas de supervivencia con algunas de las otras especies vivientes e inertes, así como existen prácticas ajenas a la necesidad.

Una cuestión grave de la crítica al idealismo objetivo de Hegel es que haya omitido señalarle su carácter protestante, que hizo a su fetichidad, a su pietismo y a su procapitalez. Lo que define al capitalismo no es tanto la propiedad privada de los mayores medios de producción, que ya existía desde antes, aunque no al modo de la industria moderna, sino la acumulación en lingotes y capitales impresos, fueren los billetes o las letras del tesoro, las acciones y demás, a los que se agregarían los electrónicos después, todos los cuales provienen del sistema salarial y sus derivados, como la especulación financiera y los fraudes presupuestarios de los gobiernos. La tierra y la industria artesanal, así como los ejércitos y los grandes medios de comunicación, ya eran detentados privadamente desde el medioevo, y lo hubieron sido en la antigüedad.