Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 23 de julio de 2020

Capitalismo y pandemia

Enfrentar la pandemia sería bastante menos arduo si la humanidad tuviera bien resuelta su acumulación de capitales: los gobiernos le darían plata a quienes la necesitaran durante la reclusión estricta, pero, como está híper-concentrada en poca gente, y no se la puede expropiar porque la ley lo impide, aumenta la delincuencia porque los gobiernos no pueden costear del todo la subsistencia de los pobres, que se ven forzados a salir a robar para vivir, por lo que se hace necesario honrar el robo, lo cual, como se lo improvisa desesperado y en riesgo, es imposible de hacer siempre bien, por lo que habrá muertos y heridos, además de sustos.

Los pueblos tienen su culpa en que los gobiernos enfrenten esta crisis con poco presupuesto, porque son bastante partidarios del pago de la deuda gubernamental, que, como se basa en una confianza desbocada, es absurda. Es una deuda que perjudica en vano a la especie y que se relaciona con la desmesura productiva, derivada de la ambición compulsiva por acaparar bienes, una enfermedad psíquica de origen fiel que causa que el producto mundial sea mucho mayor del necesario, por lo que se explota mucho de sobra, también haciendo trabajar de más. El sistema de castración de la conducta, muy estricto en la cima social, lleva a que los capitales adquieran un valor de goce sublimatorio, que es un goce falso pero que perdura porque la sociedad erige su base de manera compulsiva, antes de que se la reafirme con los ejércitos, esto con contraejemplos, idas y vueltas y de una manera muy compleja y contradictoria. Es una relación de tres clases en la que el modo de dirigir las grandes empresas diferencia a la inferior de la superior porque se supone que los dueños tienen el derecho de ganar mucho más que los empleados rasos, lo que se vincula al mantenimiento de las formas institucionales, a las que se considera como de buena educación sin que siempre lo sean. Como las empresas se fundamentan en la confianza, responden a cómo sus miembros vinculen su práctica con la fidelidad de la ley constituida.