Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

sábado, 18 de julio de 2020

Sobre la flexibilización del aislamiento coronavírico en la ciudad de Buenos Aires

Si las cosas fueran como debieran ser, la humanidad enfrentaría el brote actual de coronavirus con la reclusión domiciliaria suficiente, que no sería absoluta pero sí mayor a la planteada por la flexibilización liberal, que responde a que, como la mayoría de la sociedad avala al modo vigente de acumular los capitales, los gobiernos tienen poco presupuesto para costear los subsidios de subsistencia durante esta fase de asimilación viral, en la que no hay un tratamiento bien comprobado para la enfermedad ni una vacuna que la prevenga.

Los pueblos tendrán que revaluar su defensa del capitalismo actual, pero también los partidos socialistas deberán estar a la altura de las circunstancias, ya que, cuando fallan, demoran la evolución histórica, lo mismo que vale para cada quién. La irracionalidad social hace que falte la solidaridad necesaria para que cada quien enfrente más o menos bien el brote, dentro de lo posible según las circunstancias individuales, lo mismo que pasaba antes de la pandemia pero sin sus consecuencias, tema que continuará mientras que dure nuestra necedad para entender bien las cosas.

El criterio no debiera ser el de la capacidad de los hospitales para atender a los enfermos, sino el de reducir lo más posible la exposición al contagio, pero eso, si se mantiene el actual sistema de ganancias, no se puede porque mucha gente no tiene la plata que necesita. Sería bueno que aprendiéramos la lección para facilitarnos bien la convivencia.

La opinión obrera en favor del capitalismo liberal se expresó en el voto proletario, dirigido en primer lugar a un candidato progresista, un peronista de simpatías socialdemócratas y católico, seguido del macrismo, un conservadurismo cuya dirigencia reivindicó en su intimidad a la última dictadura del ejército argentino. Más de la mitad de los habitantes del país, como 27 millones y medio, votó por un candidato, siendo que casi todos están a favor de mantener al capitalismo y que, de quienes se abstuvieron y no están empadronados, no todos son socialistas, es decir, que una parte de este segmento está a favor del capitalismo liberal, o es indiferente, y la mayoría del segmento es obrera, de lo que se desprende que muchos obreros opinaron a favor del capitalismo, en parte por las atrocidades socialistas y otro tanto por el engaño periodístico y la irracionalidad confesional, a la que también adhieren muchos asalariados, más por el lado de las creencias humildes, o sea, que el germen para el socialismo existe, pero su desarrollo depende de una acción política compuesta y suficiente, que está impedida por varios factores. A la vez, el socialismo tendría que ser algo capitalista, esto es, tomar partido en favor de la captura bien medida.