Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

domingo, 5 de julio de 2020

De que el anticolonialismo lleva a negarse a sí mismo

El colonialismo es parte de nuestra historia, no sólo por nuestros antepasados europeos, ni por los africanos, sino también por los americanos, que colonizaron el continente desde Alaska hasta Tierra del Fuego. Colonizar es la ocupación de un lugar hecha por grupos de seres vivos, no sólo los humanos, y tiene su violencia porque la vida es violenta, pero la que hicieron las culturas más metalúrgicas perpetró crímenes contra humanos que todavía siguen sin justicia, así como antecedió a una explotación ecológica de gran escala. Tampoco las culturas subyugadas eran justas como se debe: tenían unas atrocidades menores pero semejantes, como los sacrificios humanos para los dioses y las guerras, y tenían diferenciación en clases, sometimiento tribal, castigos severos, humillaciones falsas, irracionalidad y demás, pero esa es nuestra historia, sin la cual no hubiéramos nacido, por lo que también se debe reivindicar la bondad colonial, como las cosas buenas del pachamamismo, por ejemplo, que las otras culturas aborígenes también tuvieron, así como las europeas y africanas. La humanidad tiene sus pros y sus contras, y sus subyugaciones étnicas, de clase, de género, sexuales, etáreas, copulativas y demás, que encima no siempre son injustas, aunque en general sí lo sean, por lo que tiene que transformarse a sí misma, pero para hacerlo bien necesita reivindicar su pasado como corresponde, lo que implica acertar bastante la crítica, algo muy difícil de hacer con el auge actual del fingimiento y la ficción. La exacerbación de lo ficticio propia de esta fase capitalista se fundamenta en el fetichismo que la antecede, por lo que la resolución suficiente del capitalismo exigirá la de la fe, ya que, de no acertarse lo debido la práctica social, el socialismo fallaría aunque se concretara: las empresas gestionadas por sus trabajadores colapsarían hacia adentro y entre sí por faltarles la razón social suficiente, así como persistiría la violencia derivada de los conflictos familiares, matrimoniales, políticos, religiosos, educativos, periodísticos y demás, e incidiendo en la economía, ya que las nociones fetichistas seguirían funcionando en esos ámbitos, con la perversión que le causan al juicio y sus consecuencias nocivas en la práctica filiar.

Deponer el colonialismo grande y mediano llevaría a que la humanidad se reduzca a unos grupos pequeños y dispersos, lo que podría ser bueno, pero también puede que haya una forma de gran colonialismo aceptable, que demandaría la resolución justa de los mayores crímenes humanos, entre los cuales el de la violencia de la conquista imperial, no sólo la de los imperios occidentales, sino también la del resto. Los grupos humanos pequeños y medianos también colonizarían, pero en una medida menor a la nuestra.