Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

lunes, 13 de julio de 2020

Del pago como elaboración

Pagar es una tarea que parece liviana porque maneja bienes muy refinados, como las monedas, los billetes y las computadoras portátiles, pero, tomado en su conjunto y con sus implicaciones, es pesada para el conjunto social, y no de buen peso, por la concepción desde la que se ordena la práctica de la especie, que es heterogénea, muy compuesta, contradictoria y evolutiva, cambia todo el tiempo, durante lo cual algo le permanece, mantiene algunas de sus formas mientras que transforma otras, no del todo bien, y siempre es desde que empezara la humanidad. Durante toda su existencia, la humanidad siempre vivió en crisis, pero sin causarle un daño tan grande a la naturaleza, de la que es parte, lo que empezó con la máquina de vapor, uno de los mayores logros humanos, que multiplicó los pagos como nunca, a un nivel muy inferior al de los números actuales, que entonces ya eran excesivos, por ser demasiado complejos para que los entendiera mucha gente, lo que contribuyó a la perversión financiera, acorde a los errores de la especie en la comprensión de la historia, una cuestión muy determinada por la teología.

Si se paga, se tiene que hacerlo bien, ya que es una tarea liviana pero compleja, que demanda hacer cuentas y mover propiedades, cuando no largas negociaciones, con interrupciones, hasta de décadas. Las peleas por pagos son constantes en la sociedad actual.

El pago delimita el área de los países, que tienen monedas nacionales, que a su vez transitan entre ellos, permitiendo la venta y la compra de bienes, muchas veces equivocadas por las ambiciones compulsivas que tenemos los hombres, que causan adquisiciones nocivas, muy extendidas en la trama social, que después contaminan, pero el problema viene desde la fabricación, ya que lo que se fabrica se vence, muchas veces descomponiéndose mal, con perjuicios ecológicos graves, que deterioran nuestro entorno, por lo que a nosotros mismos.

Honrar el pago demandaría la teología suficiente, pero mejor sería que no hubiera que pagar con bienes impresos. Puede ser necesario durante un período de transición al comunismo acabado, pero tardaría mucho tiempo, como siglos, si fuera que se lo lograra alguna vez. De todas formas tendría que haber la suficiente razón social. Antes de eso habría que pasar por el socialismo, con sus distintas subfases, y por el comunismo incipiente e intermedio, ya que el modo monetario de pagar es muy poco reprobado en sí mismo por la sociedad: más se le reprochan los precios y la inflación que su misma esencia.

Pagar es apaciguar, o sea, que no siempre se lo hace con dinero. Comparte con el país el núcleo pacificatorio, pero la paz social depende de la calidad de la vida social, que a su vez responde a los conceptos vertidos en la ley y a sus consecuencias en nuestra vida.