Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 16 de diciembre de 2016

De acusar a las víctimas

En los casos de violencia cotidiana está el problema de que a veces se acusa a las víctimas que denuncian los malos tratos, pero esas acusaciones no están del todo infundadas, porque en realidad, como la violencia es general, las víctimas de las agresiones denunciadas, que suelen ser las más graves, también cometieron otros maltratos, lo que no debiera ser condenado, sino comprendido para que haya una resolución social del tema, lo mismo que para los denunciados, y también según qué haya hecho cada quien, pero atentos a las violencias que hayan sufrido. En realidad, en las agresiones individuales se replican de mala manera las agresiones previas padecidas por los agresores, o sea que el asunto es tanto de índole individual como social.

El abordaje católico vigente acá pretende condenar a los agresores, lo que esconde la impunidad de castigar de los que se comportan legalmente, y no es que a aquéllos no haya que coartarlos, porque violentaron y pueden reincidir, pero habría que admitir que la violencia es social y que tiene muchas causas ignoradas, que hasta que no se las aborde la harán persistir en el nivel actual. La violencia delictiva responde y hace a la histórica, que en parte es amparada por la ley, en tanto que existe la injusticia legal, porque los estados tienen malas concepciones.