Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

sábado, 7 de octubre de 2017

Las homosexuales cometieron maldades

Un problema grave del paradigma de la diversidad sexual es que como es muy maltratado por el pietismo estricto, y también porque en buena parte le falta razón, en tanto que es bastante foucaultiano, para algunas cosas le falló el libertinaje, como ser en su trato para con los conservadores del pueblo, a los que les criticaron poco su religiosidad, o mismo su procapitalismo, maltrato que también sus integrantes les aplicaron, de distinto modo, a las y los heterosexuales progresistas. Más en particular, los homosexuales tuvieron actitudes misóginas, y las homosexuales misándrinas, a la vez que las transgéneras mal radicalizadas fueron muy hirientes casi que con todo el mundo en sus peores momentos: terminaron misántropas. Otra cuestión es la de su poca politización para algunos asuntos, dada por la actitud rara, que les alejó de las cuestiones más comunes. El paradigma de la diversidad sexual debe ser aceptado socialmente, debe triunfar bien, a la vez que sus miembros deben corregir bien sus faltas, entre las cuales figura la de no entender que la heterosexualidad antidominante también es parte de la diversidad sexual, pero la buena sexualidad asimismo debe aceptar a lo que hay de bueno en la dominante, ya que toda mala no es. Este es un planteo bonsexista, que aspira al buen sexismo aunque no lo logre. Ya le encontrarán sus faltas. El foucaultismo les dificulta enmendarse a los miembros del paradigma altersexual por su negativa absoluta a la corrección, a la que hubo tendido, pero en eso se equivocó, porque no asumió que hay modos buenos de corregirse. La rectitud también es la de los canales de riego de las huertas. Les falta completar su análisis, añadiéndole positividad, ya que es demasiado pesimista.

El morfema “orto”, que designa a la rectitud, puede que provenga de la palabra “huerta”. En italiano “huerta” se dice “orto”, y las huertas son espacios a los que se les trazaron rectas aradas, para sembrar y regar a las plantas. Esto vale como hipótesis. De ser cierta, habría una relación etimológica cercana entre la irrigación, el régimen, el reinado y las demás cuestiones afines, como la de la riqueza, a la que Adam Smith ya estimó no en frutas sino en alfileres, porque la horticultura primitiva hubo cedido paso a la industria metálica, y luego del Renacimiento a la sofisticada de los hilados ingleses. La investigación etimológica e histórica que procede por semejanza fonética es exploratoria, por lo que le falta comprobación. En ocasiones la semejanza la orienta bien, pero en otros la pierde. De ahí que haya que corroborarla.