Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 6 de octubre de 2017

Pricapia

A la practicidad social que redunda en la acumulación capitalista se la podría mencionar con esta palabra. Es una practicidad histórica, integral, con quiebres y contracciones al orden dominante, pero que está dispuesta por éste para tal acumulación. Permite al disfrute proletario dentro de ciertos límites, y a la vez lo impide por ser explotadora, pero eso no es sólo por la ambición de poder, ni por la de riquezas, o mismo por la compulsión productiva, sino también por la lesividad y la mala animosidad causadas por el fideísmo y el pietismo, que no son responsabilidad exclusiva de la clase dominante. El acoso clasista de la izquierda se funda en el desconocimiento de la lesividad del credismo, porque si lo reconociera no sería dura mal con los capitalistas, porque también debería serlo con el proletariado fidente, lo mismo que sucedería con el que fuera procapitalista. La excesiva dureza del socialismo para con la capitalesía, muchas veces extendida a la urbanesía proletaria alta y media, mucho de la llamada burguesía pequeña y mediana, hace a una tara para la estrategia revolucionaria, porque impide enfrentar bien al problema, al ignorar cuestiones importantes de la clase superior, concomitantes a las omitidas de las inferiores. El socialismo debe ser integrista para tener razón buena, pero para eso tiene que postular bien a la integralidad. En eso, deberá establecer un clasismo justo, ya que el que tuvo hasta ahora a veces no lo fue.

El acoso clasista es válido porque existe la desigualdad social, pero habría que definir cómo debiera ser para estar bien hecho, así como aceptar que la superioridad social es una sociopatía. Un problema serio que hay es el de que no se reconoce al capitalismo como otra de éstas, por lo que se lo reproduce a la vez que se reprime a las críticas que se le vierten en contra, haciendo que quepa exigirle a la gente que acepte que el capitalismo es sociópata, lo mismo que debiera ser con las otras maldades sociales.