Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

domingo, 28 de agosto de 2016

Los hechos y sus leyes

Los hechos se relacionan entre sí tal cual lo hacen de facto, y no es del modo en que lo describió la dialéctica, sino como una relación múltiple entre elementos cambiantes, que tiene regularidades históricas. Las leyes humanas describen a esas relaciones factuales, y son provisorias porque las relaciones a las que representan mutan, y eso cuando las leyes comprenden bien a la realidad. En el idealismo, se hizo el planteo inverso, de que había leyes inmutables a las que la realidad tenía que obedecer, porque el idealismo proviene de esa idea de que el universo le debe hacer caso a dios, que asimismo creó a las leyes de su movimiento, pero en realidad no es así. El universo no le obedece a las ideas humanas aunque se suponga que quienes las profesan responden al mandato divino, sino que es autopoiético, al menos desde el big bang, y las leyes humanas deben describirlo bien para que la práctica que se base en ellas sea satisfactoria.

Eso de que el universo no puede haberse autocreado, por lo que tiene que haber habido otro ser que lo inventase, es absurdo, y termina en el aserto equívoco de que para que hubiese el universo tuvo que haber otro ser que sí se autocrease. Es una aseveración incierta, e incomprobable. La existencia real del dios cristiano, y la de los otros dioses en los que se cree, es una hipótesis que ordena mal a la práctica humana. Ese es un problema importante para la ciencia social.