Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

domingo, 14 de mayo de 2017

Del pesimismo de la razón y el optimismo de la voluntad, y de la degresividad progresista

La famosa fórmula gramsciana requiere de crítica, porque ni siempre la razón tiene que ser pesimista, ni siempre la voluntad optimista. A ambas se las debe adecuar a las circunstancias, pero con interés progresivo. La degresividad puede ser buena, si es que el progreso es falso. Entonces sería una degresividad progresista, pero hasta ahora la degresividad contuvo elementos tanto progresistas como reaccionarios, porque la cuestión no estuvo bien concientizada. El tema es el de definir bien a la degresividad progresista, que es necesaria a consecuencia del maldesarrollo, lo que requiere de un análisis complejo, porque el maldesarrollo contiene elementos válidos y porque la solución tiene que ser grata.

La noción de degresividad es parecida a la de la regresividad, pero más que plantear un retroceso postula la deposición de lo que haya sido mal exaltado, que puede que no deba ser total: habría que pensarla de acuerdo a la situación concreta. En ocasiones puede que el asunto requiera de la corrección en vez que de la deposición, pero esa corrección depondría algunos aspectos del objeto en cuestión: sería una corrección deponiente, y acaso repositora.