Una, que faculte a destituir a los gobiernos que incumplieran sus promesas de campaña, a no ser que lo hicieran por motivos válidos. La otra, una que permita enjuiciar fácil las mentiras periodísticas, con un tribunal y un código específico, pero, más que de derecho periodístico, debiera tratarse de derecho de prensa, porque así podría abarcar a la publicidad, que también necesita controles, y a los demás géneros de la comunicación mediática.