Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

domingo, 7 de marzo de 2021

La revolución socialista dependerá de la política obrera

 Como la clase obrera es mayoritaria por mucho, y en general las elecciones de masas, cuando las hay, son polipartidarias, la revolución socialista dependerá de la política obrera, en particular la de sus opciones partidarias, por lo que será necesario que los partidos socialistas convenzan a los trabajadores de que el socialismo permitiría resolver bien los problemas históricos presentes, todavía de manera insuficiente -habría que aclararlo, para no hacer falsas expectativas-, porque le faltaría, al menos, la socialización del gobierno y la de las iglesias, temas debatibles y que serán necesarios para que la humanidad tenga una producción justa y sea feliz como debe. La cuestión es cómo luchar por la reorganización productiva que hace falta para que la especie sea justa, aunque no del todo, para consigo misma y para con las demás especies, vivas o no, algo relativo a la concepción de mundo a la que adhiera. La lucha revolucionaria debiera ser segura para sus militantes, y ayudarles a ser bien felices, por lo que, si eso no se da, hay un problema con el método de lucha, al que entonces hay que corregir. Primero hay que identificar la falla, después hay que entenderla y por último arreglarla, y habrá que hacerlo rápido, porque la resolución de la crisis humana dependerá de esa entre otras cosas. Cuanto más la humanidad tarde en resolver bien su crisis, más sufrirá y más explotará a pérdida, así que será preciso que nuestra especie asuma y admita sus errores lo suficiente, una actitud a la que no es muy dada por nuestra obstinación, en parte ligada a la soberbia de especie, que se subdivide en clases y en credos y a la que se tiene que reconocer bien para operarla bien. Como las ideas de la clase dominante son, en parte, las de las clases dominadas, que el proletariado sea socialista impulsaría mucho que la clase dominante caiga y repiense sus ideologías, pero entonces tendría que caer bien, ya que bajarla mal haría fracasar el proyecto, demorando la resolución suficiente de nuestra crisis productiva. Como la producción es discursiva, porque se la ordena con el discurso, se hace necesario que la ideología humana sea muy verdadera, lo cual depende mucho de la teología, porque la inteligencia hace a la ley y se conduce según adhesiones religiosas. Sin teología verdadera, no puede haber producción exitosa, así como no la puede haber sin la socialización de los medios productivos, que tampoco debe darse de cualquier forma, ni ser absoluta.