Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

lunes, 5 de noviembre de 2018

A la unidad progresiva la debe haber obstaculizado la policía secreta

La unidad del progresismo, necesaria para la reforma constitucional prosocialista, es imposible por varias causas, como ser la diferencia de concepciones del mundo que hay entre sus corrientes, las incoherencias entre el discurso y la práctica, las malas exigencias derivadas de morales crédicas y tantas otras, como su participación en la reproducción del capital, pero además existe la infiltración de sus partidos por los agentes de la seguridad de los poderes ejecutivos, que depende de los ministerios del interior, y afines, quienes desplegaron una estrategia desintegradora, generando estragos mediante caracterizaciones mal intencionadas, discursos que bajo radicalidad aparente habrán perseguido atomizar a los partidos socialistas, que representaron tanto a mayorías como a minorías proletarias. Esto se debe haber replicado en el anti-progresismo de ultraizquierda.

Para solucionar el problema tiene que haber un buen diagnóstico referido al presente histórico, cuanto más amplio mejor, correlativo a la divulgación del materialismo, como etapa simultánea a la de las reformas legal y económica, entre otras. El frente partidario abierto y crítico es necesario para no confrontar con los ejércitos, que son muy superiores en recursos bélicos a las milicias populares, pero entonces se debe adecuar los partidos a las pretensiones populares, priorizando a las proletarias y criticándolas bien, ya que pueden ser malas, lo que precisa de buena razón. La estrategia proletaria debe responder bien a la política de los proletarios, expresada en sus opiniones, votos, manifestaciones callejeras y demás.