Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

martes, 20 de noviembre de 2018

Socialismo populista con liderazgo obrero, la política socialista

El socialismo busca que al orden social lo conduzca el proletariado, por lo que planteó su dictadura, secundada por el empresariado popular y terciada por el capitalista. El socialismo contempló mal a la burguesía alta, lo que culminó en los campos de concentración del empresariado urbano hechos por los soviéticos, a los que llamaron de reeducación, un proyecto que le puede haber simpatizado al anarquismo, de tipo castigador para con la clase de mando, porque responde al populismo, que es bastante religioso porque los pueblos son bastantes religiosos. De allí que la política populista reciba mucha influencia del clero bajo. El socialismo debe contemplar bien a todas las clases sociales, para ser de un universalismo superior al clerical, pero entonces tiene que ordenar bien sus prioridades clasistas, lo que requiere de buen trato hacia la clase dominante. ¿Qué sería ese buen trato? Habría que definirlo, y debiera tener sanciones justas, ya que tenerlas injustas sería de mal cientificismo. El problema de la justicia revolucionaria para con la clase alta se vincula al de la violencia contra el capital, que no debe ser cualquier violencia para ser efectiva, es decir, que debe tener violencia buena, a lo que deben evaluar sus propios protagonistas, para lo que tienen que tener buena razón; o sea, que los revolucionarios deben tener buena razón, para lo que deben querer tenerla, ya que si no la quieren no la pueden tener, e incluso quererla no basta para alcanzarla, y menos aún para que sea social lo suficiente. En tanto que la transformación revolucionaria es social, debe ser ejecutada por la sociedad, lo que depende de cómo sea su conciencia, que se nutre de los discursos sociales y de su cotejo con el resto de la realidad, la que significa sin intención de hacerlo.