Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

El genocidio es frecuente

A lo largo de la historia de la naturaleza hubo muchos genocidios, que es cuando mueren muchos miembros de las especies vivientes, entre las cuales la humana. El genocidio no es sólo humano porque la humanidad no es la única especie genital: la genitalidad, que es a lo que se refiere el término "génos", es propia de vivientes, esto es, que cada cual de las especies vivas puede sufrirlo. El ecocidio implica además la polución de la tierra, el aire y el agua, el ambiente inerte que nos da sustento. La naturaleza es genocida y cruel, y hasta ecocida, ya que el asteroide que exterminó a los dinosaurios mediante la contaminación del aire fue natural, pero de ahí a tolerar el ecocidio capitalista hay distancia. El ecocidio es el deterioro grave de la vida y de su entorno.

El capitalismo ya tuvo dos guerras mundiales y un posterior período de guerra mesurada, que fuera durísima y persiste hasta hoy, cuando no se le encuentra respuesta a una crisis de acumulación prolongada, cosa que hace preocuparse por la recesión y va parejo al incremento exponencial de lo ficticio, que puede terminar en una guerra atómica porque la humanidad puede ser así de frívola. La fe derivó en lo ficticio, en la confianza y en lo profesional, cosa que impulsa al modo de producción del capital al combinarse con el afán de usura desmedida y con gobiernos jerárquicos, a lo que se sancionó en la ley burguesa vigente.