Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

domingo, 4 de noviembre de 2018

Tres dimensiones de la sexualidad

En el debate sobre la sexualidad hay confundidas tres dimensiones, lo que hace que la cuestión no esté bien entendida, también por errores en la comprensión de cada cual. La sexualidad es viviente, ya que los primeros seres sexuales fueron seres vivos. Es objeto de la biología. El sexo es natural, está en las especies vivientes, que se diferencian mucho entre machos y hembras, habiendo híbridos también, cosa que en la humana se replica, pero esta hibridez es de índole corporal: son humanos cuyos miembros sexuales mezclan formas de los masculinos y de los femeninos, que suceden muy excepcionalmente, los intersexuales. La intersexualidad es diferente del transgenerismo, ya que éste, si bien también es corporal, se refiere mucho más al sistema nervioso, que es la sede de la psiquis y donde se decide la identidad social, que hace al modo de ser en sociedad, y tiene dos grandes polos, semejantes a los de la identidad de nacimiento, y figuras intermedias, que son las de los géneros más mezclados, lo que no se correlaciona del todo directo con la identidad biológica. Ser macho y hembra de la especie humana no determina del todo la identidad social de cada quien, pero le incide mucho. Se da una correspondencia lineal relativa y algo cambiante porque nuestra forma material determina las actividades que podemos realizar.

Entonces está el nivel biológico, que es el del sexo propiamente dicho, seguido del psicológico, que es un subconjunto dentro de aquél porque la psiquis es corporal. En tercer lugar está la fornicación, que no es el sexo mismo, el de los miembros genitales, sino la práctica que los prioriza. Así se dan varias combinaciones entre sexos, géneros y orientaciones sexuales, que también evolucionan. El sexo se corresponde con la condición de nacimiento, el género con el rol social y la orientación sexual con el interés del coito.