Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

lunes, 5 de noviembre de 2018

Del bolsonarismo

Al bolsonarismo se lo debe definir en sus propios términos. Denominarlo fascista impide que se lo entienda bien, porque hay que hacer la comparación con el fascismo verdadero, el de Benito Mussolini, un tema muy pesado en sí mismo, controversial y plagado de equivocaciones y puntos difíciles de entender. El bolsonarismo si no es de ultraderecha es filo-ultraderechista, de la derecha dura, y puede cambiar con el tiempo. Las condiciones históricas del fascismo son algo distintas que las del bolsonarismo. Ambos son reaccionarios. Hasta ahora, la reversión conservadora continental es regresiva, lo que es una reacción de leve a media, o poco profunda, cosa que puede profundizarse o cambiar de signo, pero incluso si lo hiciera y no reordenara la ley en forma socialista, la crisis capitalista persistiría aminorada, generando falsos intentos de superación, que podrían llegar hasta la guerra atómica, o a una serie más o menos permanente de guerras moderadas. El socialismo sería insuficiente debido a la vigencia de la religión y la fe, pero implicaría una transformación importante, a la que le trabarían el establecimiento de un orden social bueno en general, porque éste debe ser ejecutado por el conjunto social y mediante un acuerdo explícito para la buena convivencia internacional, para lo que hay antecedentes así como enconos, entre los cuales está la propia maldad socialista, cuyo materialismo no es suficiente, es decir, cuya comprensión está algo errada, al ser el objetivo del materialismo la comprensión de la realidad para el ordenamiento bueno de la propia existencia. Al hacer mal denota que piensa mal, cosa que no sólo depende de sí mismo. Tanto el pensamiento como el ánimo propio son sociales, igual que la conducta, por lo que los comportamientos individuales y grupales se retroalimentan entre sí.

El bolsonarismo es ultraconservador, lo que es protofacista, con el capitalismo en crisis y el armamento atómico.