Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

lunes, 5 de noviembre de 2018

Los recitales como plegaria pública

La comunicación humana es muy equívoca. El uso del discurso para ordenar la conducta social es bastante deficiente: muchas veces se habla en vano, o no se entienden los dichos, o se los entiende mal, u olvida. Otras veces la gente los recuerda equivocada, por lo que piensa que sucedieron de una forma distinta a la que fue. En la poesía ocurre la dislocación parlante, porque las poesías son obras prefabricadas a las que se recita, cosa que implica que al decírselas no se estime a los presentes de la manera debida, al concentrarse en la ejecución del plan enunciativo. De allí que las canciones de los recitales tengan su gramática algo desconectada de lo que las rodea, que esté mal pronominada, a lo que a veces se supera con jodas, celebradas por los asistentes; pero algunos de los recitales son como plegarias públicas, de canto común, cuya índole es más mitológica que clerical, porque muchos de sus partícipes son creyentes laicos. Esto pasa con frecuencia en los de metal suave, un género rockero cuya temática es a veces entre clerical y mística, con idealizaciones amorosas, a las que se cantó en conjunto dentro de los estadios, como una súplica de enamorados idílicos, que cantan para concretar su deseo prolífico, cosa que sucedió después en ocasiones.