Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 30 de junio de 2017

De lo que es la propiedad

La propiedad, en sí misma, es el bien apartado para su utilización. “Pro” es “bien”, y “piedad” es “apartado”, viene de “parte”, lo que se nota mejor en el vocablo inglés “property”. Entonces, no es sólo la cosa fabricada, el producto de la transformación de la materia mediante el trabajo, porque hay apropiaciones que no se obtienen del trabajo, como la de simpatizar al sonreír, en que se apropia de la estima ajena, o el aire al respirar. Al respirar, los seres vivientes nos apropiamos del aire, aunque eso no sea un trabajo, y además, los miembros de todas las especies vivientes nos apropiamos de materia: la apropiación no es únicamente humana, como tampoco lo es la fabricación, ya que existe la de los otros animales, que hicieron nidos, cuevas, túneles y tantas otras cosas fabricadas. Lo exclusivo de la humanidad es la mercantilización, que supuso la intromisión de una abstracción diosera, fetichista, en el intercambio de propiedades. La religión y la mercantilización de las propiedades sí son rasgos exclusivamente humanos, como lo es la monetarización, que implica la simbolización en moneda del valor de cambio.

La propiedad se obtiene con la transformación de la materia mediante la práctica, no sólo la laboral. Es más, también existe la apropiación hecha no mediante la práctica, sino mediante actividades involuntarias, como la digestión, en la que el cuerpo se apropia de elementos orgánicos para nutrirse. El caso de la respiración es ambiguo, porque ésta es involuntaria pero se la puede efectuar a conciencia. La propiedad cuya hechura requiere del trabajo es la económica, pero esta descripción debe ser complejizada, porque hay trabajos que no son económicos, como las tareas domésticas no remuneradas, y porque es provisoria.

Las especies vivientes que no son humanas también se apropian de agua, luz, vegetales, animales, tierra y demás: tienen actividad económica, como las de la recolección, la pesca y la caza, e incluso algunas cultivan, como lo hacen las hormigas con algunos hongos. Esto es más fácil de admitir para los animales, ya que es raro adjudicarles economía a los vegetales, pero es innegable que éstos desempeñan actividades de apropiación de materia para subsistir.