Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 16 de junio de 2017

Otro problema del anarquismo

Es que los anarquistas suelen pensar que el delito es bueno en sí mismo, por considerarlo contrario al sistema, por lo que delinquieron mal, ya que no lo necesitaban: lo hicieron para divertirse, lo que no tiene sentido. Ese problema deriva de que sostienen juicios impostados, derivados de una ideología que no atiende bien a las cosas de las que juzga: a sus adeptos les importan más sus ideas que las cosas a las que representan. El mal juzgamiento al gobierno los arruina, porque les dificulta participar en la sociedad, lo que los priva a veces de obtener ayuda de la gente normal.

La delincuencia es parte del sistema, primero porque el sistema social abarca a toda la práctica humana, le sea funcional o no, pero además porque la clase dominante es tremendamente delictiva, de una delictividad más importante que la de los malhechores menores, que también impacta mucho por su masividad. La delincuencia es una práctica contraria a la ley, pero el sistema no se corresponde del todo con la ley, ni la ley es toda mala, por lo que aquélla es criticable. La pretensión de combatir al sistema violando la ley es hipócrita, porque supone que la clase dominante es legal, como si siempre cumpliera con las normas: confunde a la bondad aparente declamada por la clase dirigente con la bondad verdadera exigida por la gente sensata. De allí que los anarquistas se hayan metido en problemas innecesarios muchas veces, lo que les hizo daño, y a otras personas también: en ocasiones fueron criminómanos, o sea, delincuentes principistas, basados en excusas, con razones válidas pero insuficientes.