Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 29 de septiembre de 2016

Crítica al trotskismo argentino, que vale para los otros que decían que Macri y Scioli eran iguales

Ahora que en Argentina se difundieron los datos del INDEC queda claro que el proyecto sciolista no era igual que el macrista, porque, si bien ambos tenían un proyecto católico, capitalista y liberal, y si bien Scioli se proponía hacer un ajuste, no tenía intenciones de atacar al mercado interno, y el ajuste que hubiera hecho no habría sido tan malo. La obstinación de los trotskistas para abandonar su idealismo es un problema grave, que ahora se nota en el aumento de la cantidad de pobres e indigentes que hubo en el país, y en las penurias que está atravesando el empresariado argentino, que en algunos casos son los padres y madres de los militantes trotskistas, o los de sus compañeros de estudios, porque gran parte del trotskismo argentino es de clase media y media alta, y es inconciente del acoso clasista que recibe desde las clases inferiores, y en particular del peronismo. La verdad es que tendrían que haber llamado a votar a Scioli para que no empeorara la situación de los pobres y del empresariado local, pero, como les falta sensibilidad social, y tienen una mala caracterización del lumpenproletariado y del empresariado pequeño y mediano, al que equiparan con el capitalista trasnacional, como si sus ganancias y demás prácticas fueran las mismas, no les importa lo que les suceda, lo que es una falta grave, y es un error porque podrían combinar la defensa de ambos con una crítica socializante, que aparte los legitimaría ante la gente. Tienen que reconocer que algunos de los perjudicados por el macrismo los odiaron, porque, mientras ellos sufrían los perjuicios, los trotskistas andaban diciendo que Macri y Scioli eran lo mismo, o sea que mientras sufrían los trotskistas les negaban la solidaridad, y muchos de esos perjudicados son trabajadores asalariados, pero eso no debiera importar, porque los otros son humanos también. Al trotskismo le perjudica la política macrista, pero en general no lo hace caer debajo de la línea de pobreza, que mide mal pero que da cuenta de parte de la realidad. La medición estadística de la pobreza en realidad es la de la pobreza capitalista, porque el criterio que toma es el del ingreso mensual de capital: por eso es que las políticas que se basan en ella no resuelven los otros aspectos de la problemática social.

El trotskismo argentino no tiene la culpa de que ganara Macri, pero sí es responsable de las penas causadas por las falsedades que sostuvo, así como también tiene el mérito de sus aciertos.

La diferencia entre el proyecto sciolista y el macrista es que uno era liberal heterodoxo y el otro es liberal ortodoxo. El primero buscaba articular el funcionamiento capitalista trasnacional con la defensa del mercado interno, lo que hubiera aparejado un maltrato menor a las pymes y los asalariados argentinos, con sus consecuencias para las clases inferiores a ellos, y no hubiera estado exento de crítica, ni de lucha para superarlo, porque habría sido católico y capitalista.