Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

¿Qué podemos saber sobre Sócrates?... y la insensibilidad materialista; con crítica al anarcocapitalismo

De Sócrates se dijeron cosas disímiles. Está ese cuadro famoso de Jacques Louis David, poco creíble, porque muestra a un Sócrates anciano con el cuerpo de un atleta jóven dándole lecciones de entereza moral a sus allegados en el instante previo a su muerte, como si su filosofía fuese inmune a la opinión que tuvieron de él sus conciudadanos, que lo despreciaron al punto de obligarlo a tomar la cicuta. Por otro lado, el Sócrates mencionado en La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento era un hombre gordo, pelado, narigudo y desgarbado, como si hubiera tenido un problema nutricional, con una virtud absoluta. Lo que sabemos de Sócrates viene de lo que escribió Platón sobre él, o sea, que no tenemos idea de muchos aspectos de su vida, y en particular de sus miserias, y ni siquiera podemos comprobar del todo qué hubo de cierto y qué no en la representación que de él hizo Platón, y lo mismo para los otros que lo tematizaran. A los ciudadanos griegos debe haberlos molestado bastante para que lo mandaran a suicidarse, reconocer lo cual no le quita sus méritos, ni impide admitir que los griegos dominantes fueran un desastre, porque tiranizaban a sus súbditos y a sus mujeres. Es dable deducir las maldades de Sócrates por la insensibilidad que tenemos los materialistas, que somos sus seguidores porque cuando Sócrates inventó la filosofía también fundó, o refundó, al materialismo, porque la afición al saber requiere indagar en la materia objetiva y criticar a los dioses, aunque eso no haya sido así en la filosofía teológica, que resubjetivizó al interés por la realidad míticamente, lo que traba mal al orden social humano, le tergiversa la práctica a la humanidad en general, desde distintos órdenes conceptivos, lo que sobrexplota y despotiza al trato dado a la naturaleza.

La insensibilidad materialista es un problema serio al que el materialismo tendrá que superar, porque el materialismo se propone gratificar a la socialidad humana, lo que es contrario a la insensibilidad. El conflicto entre la izquierda y la derecha es por proyectos de vida, y la socialidad plena de las concepciones socialistas no puede ser en tanto que parte de la humanidad sea religiosa, y otra acumule capital: son clases superpuestas, con intersecciones y disecciones, contractuadas por órdenes propietarios sometidos, en que las clases materialistas coexisten con el pietismo proletario, que está falseado por el pietismo también. Hay humanos religiosos que no son capitalistas, y hay capitalistas ateos, como el anarcocapitalismo, el de los anarcocapitalistas. Esa es una concepción de capitalistas también, de un capital menor y fracasante, porque es anárquico, y el capital requiere disciplina divina. El anarquismo también fue demonizado, fue definido desde el pietismo en los términos de la participación perdedora del orden social mítico pautado por el divismo, entonces su participación en la economía capitalista es perdedora, es de un capitalismo fallido, porque el orden capitalista es super tramposo, en el que los anarcocapitalistas participaron ingenuamente. Los anarcocapitalistas son naif para participar de la economía capitalista, y por ende fracasan en sus negocios, tienen las empresas quebradas, como sus ilusiones, lo que les lleva a la autodestructividad. El anarcocapitalismo tiene que dejar sus malas ilusiones y dejar de ser capitalista, porque eso lo quiebra, e incluso tendría que dejar de ser anarco, porque origen tiene, y negar al gobierno no sirve para embocar la práctica; el gobierno existe igual, porque existe por sí mismo, por la gente que lo sostiene. La determinación del gobierno requiere su reconocimiento social, no se lo puede determinar al negarlo, se le tiene que aceptar su existencia, y su transformación es social, es de las naciones, internacional, de la especie humana. Las naciones religiosas hicieron al sistema intergubernativo terráqueo, y en tanto que lideren a la humanidad los gobiernos serán más o menos pietísticos, es un rasgo del carácter humano creyente, entrecruzado a la acumulación propietaria. Yo no puedo saber que la etimología del propietariado provenga del pietismo, pero sé que fueron términos asociados por algunas personas, por haberlo pensado yo mismo que era así y porque el común de los creyentes no sabe mucho de etimología, y por eso piensa las cosas como se le ocurren, pero para saber de eso habría que hacer una averiguación. La propiedad y el pietismo fueron asociados lexicalmente de facto, aunque su relación etimología no sea cierta, y en una de esas lo es, porque la fabricación de las piezas fue entendida en términos míticos antiguamente, pero lo que es seguro es que históricamente fueron relacionados, no obstante no sepamos cómo. Es una asociación animal, porque los humanos somos animales, no podemos asociar siempre bien. La mala asociación es una práctica común, muy recurrente, porque la humanidad es una especie animal, que además no se reconoce como tal lo debido, por lo que manda mal, cosa que revienta y trastorna al entendimiento de las personas, aparte ya de por sí criadas entre supersticiones, o anexos a ellas como el vedetismo. Al vedetismo y las supersticiones habría que terminarlas porque a las personas las asusta, como la cultura de la brujería, que como no se sabe en qué termina, y ya se tienen malas experiencias previas, se le teme: eso a algunas personas las hace sufrir, como los mitos apocalípticos de las iglesias, que asustan a los fieles. La política materialista las tiene que criticar, no se les puede permitir ser, porque hace sufrir a sus portadores, pero ¿cómo se les hace dejar de ser creyentes? ¿Y cómo se haría para hacer que dejen de acumular los capitalistas? Se le tendría que ordenar la práctica a la clase dominante, lo que es imposible, porque están demasiado falseados, y no son los únicos, porque la falsedad está generalizada, a la vez que coexiste con la veracidad. No es para morirse, pero sí para admitir que es un problema insoluble de inmediato, que persistirá por generaciones, en tanto que la humanidad se empecine en hacer así. ¿Cómo se les hace entender que están creyendo en relatos que no son verdaderos, que basan sus vidas en ideas que no son de verdad? Irles a guerrerar no tiene sentido práctico, por su superioridad militar, pero entonces el problema persiste, y persistirá mientras dure, junto al placer de vivir bien.


Anexo

Sócrates criticó a la divinización de los poetas de su tiempo, pero propuso reemplazarla por otra, que él consideró mejor, al menos según la versión sobre él dada por Platón en La República.