El anarquismo se define por la negación del orden dominante, pero el nombre de la concepción remite sólo a la negación del orden. Entonces, el anarquismo oscila entre oponerse a todo orden y hacerlo sólo respecto al principal, lo que lo hace errático en materia política. Habría que diferenciar entre el anarquismo y el andomarquismo, éste último referido a la recusación del orden dominante. La negación del orden mismo es suicida, porque el orden es necesario para vivir, y por eso no se la sostiene hasta sus últimas consecuencias, pero la solución de compromiso adoptada implica la autodegradación de sus partidarios, por lo que no es buena aunque tenga elementos válidos. Es regular.
El objeto de la política materialista es el buen orden social, denominable como "socioprarquía".