Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 26 de octubre de 2018

La apropiación es tanto individual como social

La apropiación, es decir, la toma de materia para su uso, es efectuada por individuos vivientes, por lo que es histórica. Cada quien se apropió de lo que se apropió, de forma algo competitiva y algo colaborativa, y a su vez en parte se la ordenó socialmente mediante la comunicación entre vivientes, hayan sido de la misma o de distintas especies, apropiación no exenta de ecocidio, ya que el ecocidio es normal en la naturaleza, lo que no implica que siempre se lo deba celebrar. El crecimiento y la reproducción natural se dieron mediante el ecocidio, ya que los alimentos suelen ser de materia que fuera viviente, así como los componentes de algunos de los bienes habitacionales. La apropiación humana es muy exagerada, al menos en cantidad, ya que los bienes necesarios para la sobrevivencia del género son muchos menos que los actuales, o podrían serlo si se eliminara a las necesidades que no son obligatorias en verdad, es decir, a las que existen como necesidades debido a las malas constricciones del desorden en curso.

Entonces, ya que la apropiación es dispuesta socialmente, no se debe culpar a los capitalistas de su mala apropiación, ya que ésta es social. Los capitalistas son responsables, en parte, por su práctica, pero no del todo, ya que la comunicación que la ordena es social. Algo análogo, pero sin tanta acumulación excesiva, sucede en el proletariado, y con poco más en el empresariado precapitalista, el de poca acumulación de capital sobrante, aunque mayor que la de sus clases inferiores. Dentro de la acumulación innecesaria una parte pertenece al pueblo, y hasta al proletariado pobre, que como es la amplia mayoría implica a una cantidad de bienes inmensa, pero la mayor en proporción sucede a partir de la acumulación capitalista, y se exacerba mucho en su cúspide: la cresta de la pirámide se ensancha mucho, figurando un triángulo techado. La política científica para atender esta patología económica tiene que ser la de hacer que sea bien entendida por la sociedad, en particular al lugar simbólico que se le otorga al capital como forma pura, ya que eso hace a que se lo desee como objeto, lo que requiere de la admisión social del problema fideico, porque en su adoración sucede un subtipo de fetichismo, vinculado al lugar de mando de sus detentadores. En tanto que el orden jerárquico prioriza las formas puras, los poseedores máximos de atributos significantes se erigen en autoridades sociales, conformando a una clase dominante compuesta por el capital privado, las autoridades estatales y del clero, que existe en contradicción interna y externa, por vincularse con sus legos, que asimismo cambian y colisionan entre sí, lo que causa un ordenamiento social crítico y con clases sociales que no siempre persiguen bien sus intereses válidos.