Al menos muchos de los seres vivientes juzgamos nuestras prácticas de acuerdo a nuestros intereses y a sus consecuencias, en lo que la estimación por la vida tiene un lugar destacado, y en particular por la propia y la de los propios amados, lo que en conjunto resulta en que el amor absoluto es una querencia contradictoria y evolutiva. Es probable que todos los vivientes seamos amatorios, ya que puede que hasta los organismos unicelulares sientan afecto por sus congéneres y descendientes, a lo que habría que averiguar. Los animales pequeños ya sienten cariño, y no sé de las plantas.
Anexo del 22 de diciembre de 2020
Esta hipótesis es falsa. La palabra viene del griego "idiotes", cuyo núcleo, "ídios", se refería a lo individual y privado. Los partícipes del ágora la usaron para descalifcar a los ciudadanos libres que no se metieron en política, pero el concepto también aplica para las mujeres y esclavos, quienes estaban excluídos de dicha asamblea. Cf. "idiota" en Etimologías de Chile. Fue un insulto extorsivo, de grandes jefes que no admitieron que ellos tampoco estaban del todo en sus cabales, de lo que dan cuenta sus yerros políticos y económicos y su mitología.