Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 20 de junio de 2019

De los agentes de inteligencia del Estado

Como provienen de la alta sociedad, deben ser bastante de las vertientes religiosas más estrictas, que se educan sobre todo en los colegios y universidades privadas, en general del teísmo conservador, el de las iglesias más finas. En el mundo comunista deben responder a los oficialismos, es decir, al marxismo leninista y maoísta, e igual en el socialismo indio, ya que son agentes del gobierno para las tareas de espionaje, miembros de los ejércitos y policías que se insertan en las organizaciones adversas a sus jefes para recabar datos sobre su política, ganarse la confianza de los militantes e impulsar políticas destructivas, que hacen al estado actual de dispersión de la izquierda aunque éste no responda únicamente a ello. Algunos responden al capital privado, instalado en los gobiernos liberales desde las revoluciones burguesas, hasta las de la descolonización africana, son bastante recientes; otros, a los presidentes socialistas y populares, estos entre progresistas y retrógrados, dado que la concentración del capital se acentuó tanto, en este período de alta especulación, que ahora hay versiones populistas del liberalismo privado, de conservadoras a reaccionarias, las primeras como la de Trump y las segundas como las neonazis. En su declive, el liberalismo se inclina a la ultraderecha, por la agudización de su lógica especulativa, que es aplicada en las finanzas pero que se replica en la teoría con el fanatismo de los credos, que se remiten sobre todo a los mitos fundantes de las naciones, los de Judea en Occidente y en Arabia, donde se mezclaron más con los indoarianos. De allí que resalten la pertenencia étnica y lingüística por encima de las de clase y demás, y encima al hacerlo olvidan la proveniencia común de la humanidad, que es tanto terráquea como primática. La humanidad arrastra conflictos inter-étnicos desde su inicio. Son muchos y están imbricados con los de las clases políticas, económicas, genéricas, sexuales, etáreas, confesionales, regionales y así. En América Latina la remisión a los mitos fundantes viene mucho del evangelismo, derivado del protestantismo estadounidense para reforzar al capital imperialista, el cual pregona un cristianismo que no es católico, ya que no obedece al Vaticano, sino que se esparce de acuerdo al modo protestante, como fundación de iglesias autónomas conectadas entre sí por su adherencia al capital principal, que pasó de noble a empresario. A la vez que acumulan grandes montos de capital teísta, piensan en los mitos de origen, que los fundamentan como miembros de razas particulares, que se creen las únicas poseedoras de la verdad de la historia. No nos cuestionamos lo suficiente según el encuentro entre las diferentes culturas dado por la globalización, porque se sigue sosteniendo a ideas como ciertas sin que lo sean, de lo que se dista del buen consenso internacional, lo cual está determinado por los debates teológicos, que van en supuestos e incidiendo en el orden social que les es externo. En el capital privado católico, la teología principal es la agustina y la tomista, que también se extremó durante la última dictadura, ante el acecho revolucionario, entre fantasías infernales, de castigo eterno, con culpa y pena, con la monogamia absoluta transgredida en secreto, la norma heterosexual totalitaria y un largo etcétera, durante la crisis económica internacional, de competencia política y con guerras, entre conflictos familiares y requiebres amatorios y empresariales. Hasta mudanzas forzadas por amenazas de acreedores tiene la clase. Y si no es así, es algo parecido...

La etnicidad está dada por el lugar de estatización de las naciones, el sitio en que empezaron a residir, muy determinado por la presencia de agua dulce porque es la potable para la especie. Entonces, las primeras culturas civiles se establecieron mucho cerca de los ríos. La identidad étnica es muy ribereña, y es falsa cuando no reconoce a las otras como parte de su historia, lo que justificó guerras mundiales.