Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 20 de junio de 2019

En qué fue liberal Perón

Además de haber ido a las escuelas primaria y secundaria, necesarias para hacer carrera en el ejército, Perón fue un presidente del constitucionalismo argentino, cargo al que accedió mediante elecciones legales, y no fue depuesto con un juicio sino con un golpe militar, es decir, que en sus primeros dos mandatos más o menos cumplió con la ley, que era liberal. Luego, qué liberalismo tuvo, es otra cosa, pero fue populista, es decir, partidario del pueblo, bajo hegemonía del privado, que es el del capitalismo aristocrático, la mayor clase dominante, ya que el capital público es secundario: se da en las empresas del gobierno, a veces dirigidas por funcionarios privatistas y otras por populistas, y en el empresariado privado inferior, cuya acumulación dista en mucho de la hiper-concentrada de las altas finanzas. El populismo, con excepciones y divergencias, es la doctrina partidaria de este empresariado, de la clase asalariada y de los harapientos; existe tergiversado, y con líneas de izquierda y de derecha, hasta de las extremas, como el populismo anarquista y el de los Hermanos Musulmanes, pero sucede bajo la ley trasnacional capitalista, que le garantiza mayor éxito al sector privado porque el ejército las más de las veces la obedece y hace cumplir. El capital comunista es más de carácter público, en relación a que es proletarista, con los debates que le quepan a eso, pero incluso entonces ocupa espacios privados, que son las sedes de las empresas estatales manejadas por los funcionarios del gobierno.

La diferencia entre el capital público y el privado radica en la acumulación de valores abstractos, mayor en el privado que en el público porque esta es una era liberal, en que el comunismo es secundario. Para esclarecer bien el tema habría que hacer bien el análisis patrimonial. Perón adscribió al populismo católico, una rama de la derecha, moderada por ser laica y popular, aunque sin la intención de traspasar al socialismo, excepto en una línea interna, la del cristianismo socialista, como los Montoneros, que querían el socialismo nacional desde el judeocristianismo. El hecho de ser católico lo aproximó más a las posiciones de la iglesia, que eran de las más conservadoras. Fue un presidente católico y democrático, de la tradición popular cristiana, en un período constitucional capitalista.

Cuando Perón volvió al país en 1973 adoptó una política anti-comunista, plasmada en la creación de la triple A, lo que es un rasgo liberal ya de derecha extrema. En ese entonces careció de moderación, pero murió antes que lo atisbado en la AAA se masificara luego del golpe militar que derrocó a su ex esposa, que lo sucedió en el cargo. El antiizquierdismo de Perón se dio en la masacre de Ezeiza, en la que las balas se dispararon sobre el peronismo socialista, sin que Perón la tomara luego como un eje principal de su política, como motivo de reparación urgente, sino que, al contrario, después firmó el acta de constitución de la triple A. Terminaron primando las tendencias liberales ortodoxas en su democratismo católico final, pero eso no debe opacar su pasado, que le dio espacio al progresismo sin llegar a definirlo lo bien que se necesita, cosa que debe ser una tarea social y además bien inscrita en la ley. El objetivo supremo de todas las religiones es el de que la humanidad sea buena, pero para eso la ley tiene que ser verdadera lo debido, lo que no pasa del todo. A eso lo mezclan con una serie de preceptos no del todo ciertos pero tenidos por válidos para justificar las obligaciones, cuestión mediada por las fuerzas militares, el periodismo y la moral corriente, que impelen a actuar a la gente, lo que incita a la acometida de malas acciones.