Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 25 de enero de 2018

De la funcionalidad y el canon

Desde el sedentarismo las personas se preguntaron sobre cómo ordenarse a sí mismas y a sus pertenencias para vivir de buena manera, lo que impulsó a las reflexiones universitarias sobre los cánones y las funcionalidades, en general dentro de un marco social creyente y desigual. Antes, cuando eran migrantes, ya lo venían haciendo, pero no tenían tantas propiedades. El socialismo árquico y el anarquismo reaccionaron ante los cánones dominantes, uno mediante el modernismo crítico, que persiste en minoría, y el otro con el posmodernismo, también minoritario, y que, para peor, tiene un carácter ruinoso, al haberse desentendido de la aspiración a la calidad de vida proclamada por los liberales, lo que causó que muchos de aquéllos terminaran siendo lumpenproletarios, marginales bien pertrechados, obreros precarios o suicidas, es decir, que oscilaron entre el auto-exterminio y la degradación social, lo que también ocurrió por más causas, entre las cuales la opresión desde arriba. Aún así, el socialismo arquista también adoptó modos de vida destructores, como el de la estrategia guerrillera, que todavía tiene secuelas históricas de masas, como las de Colombia y Sendero Luminoso, y el tendal de traumas en las naciones reprimidas por la Escuela de las Américas, en Panamá, desde la cual el ejército estadounidense organizó los planes contrainsurgentes aplicados por los ejércitos sudamericanos, que son los que se enjuiciaron desde la reposición de la democracia constitucional, que no los condenó lo debido porque siguió siendo oligárquica y capitalista, así como de dirigencia cómplice con aquellas dictaduras, parte del golpismo capitalista y privado que combatió a la socialización de los medios productivos buscada por la izquierda, fuere la pacifista o la bélica, tanto la atea como la más crédica. Luego de la revolución cubana, en los setenta se relanzó una campaña socializadora de los medios productivos, bastante desacertada, pero tan importante como para causar una reacción imperialista contrainsurgente.

El socialismo debe adoptar un modo de lucha bien sostenible a largo plazo, no sólo por el bien de sus miembros sino más aún por el de las otras asalariadas y asalariados, para lo cual debe ser legal sin fanatizarse y reconocer que la evolución de las naciones depende en mucho de sus proletariados, por lo que no se la puede forzar más de lo que éstos acepten, y ni debiera forzársela tal vez, de lo cual debe dedicarse más a la discusión histórica de la realidad, con una política cuyo nivel de progresividad, es decir, de revolucionarismo, les sea acorde. El progresismo religioso persistirá como tendencia mayor de las masas, porque los cambios concepcionales son lentos, fueron lentos hasta ahora, aunque la modernidad tuviera la capacidad de acelerarlos, y el liberalismo dice ser tolerante con la disidencia, y cuando no lo sea se le podrá difamar, lo que tendrá cierta cabida porque a la gente no le gusta que le mientan y porque las promesas de dicha que los capitalistas les hagan a sus pueblos no se cumplirán. En eso cabe la crítica a la burguesía, que debe ser justa para no ser fraudulenta. En particular, dentro de lo que es el modo de vida burgués, está el capitalista, pero pensarlos estaría incompleto sin cuestionar bien al comunaje, sea el urbano o el rural, así como la crítica de la práctica ajena es común a las personas, es transdireccional con mayor transcurso de abajo hacia arriba en la escala social, porque la base social es más numerosa que el medio, y éste que la cúspide, pero la estratificación social no es el único de sus males, y la base debe asumir que a algo de lo que hace para sostener a la cima podría no hacerlo, o sea, que en ciertas cosas debe corregirse para obtener sus conquistas. Dejarle ese fardo a los partidos políticos es injusto e ineficiente, por su minoridad social. La vanguardia no puede ejercer esa tarea, porque no puede tener la gente necesaria para hacerla, porque para eso el grueso de la población tendría que acceder a los estudios universitarios, que son los de avanzada, lo que es imposible porque suceden en edificaciones que no podrían albergar al grueso de la población. Una cuestión básica es que la base revierta sus actitudes pro-capitalistas, a las que ella misma ejerce, por lo cual es responsable aunque eso exista por causa de la manipulación desde arriba, por lo cual le cabe ser criticada bien, en lo cual está el tema de la religión, que impulsó a la castidad que faculta a la acumulación de capitales. La crítica a la base contiene a la de la clase media, con juicios diferentes, que a su vez se distinguen de la que le corresponde a la cima. Ambas les critican su existencia, su historia y su presente, pero la crítica fallará hasta que sea buena, para lo cual debe intentar serlo. La intención precede a la práctica, y existe como hecho subjetivo, que tiene consecuencias en lo objetivo.