1. Los partidos políticos y el
gobierno
En el republicanismo liberal, los
partidos políticos pueden asumir los poderes de gobierno ejecutivo y
legislativo, pero no el judicial, a no ser que reformaran la
constitución en modo que lo disponga, por lo que la clase dominante,
capitalista en la modernidad desde la Revolución Industrial, se ampara en la ley mayor, a la que
obedece la dirigencia de las fuerzas armadas, que casi siempre manda
a la tropa. En tanto que la exigencia proletaria del socialismo no
sea ampliamente mayoritaria, los partidos socialistas no podrán
transformar al orden constitucional, por lo que deberán desempeñar
una política favorable al capitalismo cuando gobiernen. Deberán
soportarlo y no podrán evitar reproducirlo, porque está facultado
por el orden legal superior al del gobierno electo. El liberalismo
socialdemócrata ateo fue eso, un seudosocialismo, el de gobiernos
derrotados desde arriba por la clase capitalista, que los vencía con
las leyes superiores al rango jurídico de la parte votada del
gobierno. Al liberalismo heterodoxo religioso le sucede parecido, y
con más atraso en los países islámicos, en los que la iglesia
tiene mayor injerencia en el gobierno de los estados nacionales,
mientras que las naciones crédicas pendulan buscando políticas que
resuelvan sus problemas sin atender bien a la cuestión propietaria,
sea la de los bienes fabricados o la de las ideas, con sus
intermedios, que hacen a la fetichización de los estamentos sociales
en puja. En la época del comunismo primitivo, esa era larga que
abarcó más de 305 mil años, la de la humanidad pre-civilizada,
hubo diferencias sociales, y peleas por el mando de los clanes, con
los brujos y la deificación de los primeros jerarcas, lo que se
estamentizó al hacerse el sedentarismo, porque al estatizarse las
sociedades nómadas mediante la agricultura la erigencia de los
templos fue conjunta al encastamiento de la clase privilegiada, que
fuera la de los estudios universitarios, que a la vez que endiosada
fue la detentadora del mando social, por ordenar al ejército de
armas metálicas, de lo que se enriqueció mal. El
auto-enaltecimiento de la clase dominante antigua fue a la par que su
autoproclamación como divina y que al sometimiento de las naciones
que no dominaban la metalurgia, por lo que sus milicias fueron
devastadas. Esto implicó una mala apropiación concordante con el
fetichismo social, la asignación de identidades téicas a las
personas de acuerdo a su condición social, y a su práctica medida
en relación al canon moral imperante, y la recreación del propio
juicio en términos místicos. Se promovió que las personas se
asignaran una identidad teísta de acuerdo a su lugar social, dejando
a las deidades menores para la clase más sometida, que fue la más
tratada de cornuda, es decir, de infiel. El fetichismo de la
mercancía es contemporáneo al misticismo, y ya estaba en el
comercio antiguo, cuando se le puso precio monetario a los bienes
fabricados para la venta, lo que supuso la acuñación de la moneda.
El culto a los gobernantes en las monedas estatales es análogo al
que se le hace a los dioses, y se dio en economías fetichistas. Esto
es claro en la moneda estadounidense, que representa tanto al dios de
los protestantes como a algunos de los próceres de ese país.
2. La capitalesía es en parte pública
y en parte privada. La de ganancia especulativa es la privada, y la
de la vendedora es pública. Son modos distintos de capitalizar, que
coexisten intersectados. La del proletariado menor es la salarial. El
proletariado asalariado es inocente respecto a la capitalización
dominante, pero no en lo que es la reproducción del fetichismo, con
su secuela de barbarie. Tiene una responsabilidad menor en la
generación de la maldad humana, que es muy importante porque la
clase asalariada es mayoritaria.
3. Habría que investigar bien a los
femicidas, muchos de los cuales padecieron traumas psíquicos mal
predisponientes para su inserción social, algo que se replica en el
resto de la criminalidad baja. Para cometer un homicidio intencional
hay que estar mal de la cabeza, lo que sucede por la explotación,
que les dañó sus cerebros a algunos de los peores delincuentes
menores.
4. De la recepción de ondas electromagnéticas por el cuerpo viviente
La electricidad, al ser una corriente
de electrones que entrechocan, causa una vibración en su entorno
inmediato, que se replica en el aire y que llega hasta al ADN, porque
traspasa al tejido viviente empujando a sus átomos. En general esto
no tiene consecuencias graves, pero causó leucemia infantil y
seguramente haya aportado a la generación de otros cánceres. La
privatización la opera, porque ordenó la electrificación desde
arriba, pero el pueblo la aceptó y la usa en gran cantidad. Las
urbes están irradiadas de electromagnetismo, cuyas ondas llegan a
los cuerpos humanos constantemente a lo largo de la vida, a la vez
que otras formas de contaminación, lo que tiene una secuela de
muchas enfermedades en general de leves a intermedias, lo que, visto
a grandes rasgos, es un problema muy importante, no sólo por las
graves sino también por estas últimas.
El electromagnetismo contribuye a la
creación de tumores porque es uno de los factores que destruyen a la
parte de la cadena de ADN que regula la reproducción celular, por lo
que la célula se empieza a multiplicar sin concordancia con el
cuerpo que le es externo, y al que mata al expandirse cuando no es
detenida. La vida sana a la que pregona el cristianismo no puede
obtenerse en sistemas crédicos, porque creer interrumpe al debate
social necesario para ordenar bien a la práctica de la especie.
Cuando las personas indagan en la realidad para pautar su hacer,
hablan entre sí de lo que es, porque quieren entenderlo para saber
cómo enfrentarlo. Entonces, al basarse en lo que les parece, falsean
el debate, y por ende a la práctica más activa que se le sucede, de
lo cual ésta, a mediano plazo, entra en crisis y decae. La lógica
crédica es decadente por eso mismo. Piensa equivocada, enaltece y
cae algo. Progresa fallando. Se corrige y prosigue, hasta que decae
de nuevo, al no haberse asumido bien todo lo necesario para la mejor
supervivencia de la especie, que depende de las otras, todas las
cuales se asesinaron entre sí para deglutirse. A la humanidad la
asesinaron muchas de las otras especies vivientes, así como se
matara a sí misma, entre las cuales los virus y las bacterias, que
no recibieron educación pía. En menor importancia, hubo el combate
explotador entre vivientes, que no fue mortal, que aporta al biocidio
de las especies naturales, que es bastante normal en la historia de
la naturaleza. Incluso lo es la muerte planificada, a la que también
ejecutaron las especies que no son humanas. Entonces, la negación a
la planificación de la muerte no debe ser absoluta, pero sí la
referida a la de humanos, al menos en general, no obstante lo cual se
la cometerá. La humanidad mantendrá el hiato entre su hacer y su
deber ser, porque este último no se condice bien a su esencia, al
habérselo formulado crédicamente, antes que de manera clerical, por entenderse algo mal a la historia. La comprensión mítica afecta a
la producción humana de forma ruinosa, al propulsar comportamientos
mal razonados.
5. La fabricación de biodiesel es en gran medida vana
El biodiesel es un derivado del aceite vegetal, de
soja en particular. Se la operó en Argentina y en Brasil, dentro de
su inserción internacional, para financiar a los estados de estas
naciones. Persistirá a pesar de la crisis de la explotación
periférica por el proteccionismo trumpista y europeo, que no le compra tanto su producto. El entramado social de la producción
sojera es supra-constitucional, de la ley internacional de rango
constitucional alto, a la que adoptaron los órdenes legales
nacionales, bajo los cuales están los gobiernos electos. Los
gobiernos electos son instancias altas de mando social, pero se
subordinan a la capitalesía, a la que a la vez componen de distintas
formas, en una existencia crítica. El sector principal de la clase
capitalista es el imperialista, al ser del capital superior, pero el
que se le subordina no es igualitarista: asciende socialmente, por la
tendencia divinizativa, que premia simbólicamente a los ganadores a
la par que éstos se capitalizan. Al mismo tiempo, la capitalesía es
mafiosa, y se golpea a sí misma y a sus enemigos, por la
susceptibilidad internacional, lo que afecta a la lucha de clases
estamentales, que busca reordenar a la práctica social humana en lo
que hace a la propiedad fabril, y a las luchas de clases no
estamentales en sí mismas. El eje de la lucha de clases estamentales
no debe opacar a la lucha libertaria que no es directamente
estamental: son cuestiones que deben estar bien compuestas, porque la
lucha por la liberación social es una sola, y será perdedora hasta
que sea bueno su clasismo estamentario, lo que depende de que la
izquierda asuma bien su lugar social y el de las luchas que no son
estamentales. Estos problemas persistirán mal resueltos por mucho
tiempo, y quizás no sean bien resueltos nunca.
6. Dentro de la avanzada feminista está
la del conservadurismo católico chileno contra Pablo Neruda, que lo
acusó de abusar sexualmente de una sirvienta suya, siendo que él
confesó públicamente ese abuso en uno de sus poemas. El feminismo crece con sus faltas. Lo que no dijeron las feministas que le reprocharon eso a Neruda es que muchas de ellas eran católicas, y por ende enemigas del comunismo porque éste es ateo, así como algunas de ellas puede que hayan pertenecido a la oligarquía chilena, adversaria del comunismo también en materia de la tenencia propietaria social. El sacerdocio conservador tiende a ser pro-capitalista y pro-elitista incluso en sus sectores bajos.
7. Los del siglo XX fueron malos
totalitarismos. El totalitarismo en sí mismo es la tendencia a
observar la totalidad, lo que no necesariamente desemboca en lo que
fueron los regímenes seudo-totalitarios del siglo pasado.
8. Pote y potencia. Cuando la humanidad
empezó a utilizar los potes, ganó poder, y por eso puede que la
palabra del poder devenga del pote. Es una conjetura. La alfarería requirió del manejo del fuego, y por ende permitió la cocción hervida de los alimentos, lo que sirvió a la primera humanidad civil para matar a muchas de las bacterias contenidas en éstos, aumentando la expectativa y la calidad de la vida, y la cantidad de la población. Los migrantes lo hubieron hecho asando a las presas.
Nube nocturna