Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

martes, 30 de enero de 2018

La mala lectura que se hizo de Nietzsche

Este tema, en el que me incluyo porque yo fui seguidor de Nietzsche, por poco tiempo y sin haberlo entendido bien, afecta bastante al progresismo, y al anarquismo en particular, que desde que Heidegger y Foucault se hicieran nietzscheanos empezó a tornarse reaccionario, abandonando las posturas obreras y optando por otras más bien delincuenciales e íntimas. La teoría de Nietzsche es de terror, de mala calidad, y es fácil darse cuenta de ello si se la lee con sentido crítico, lo que da cuenta del nivel de hipocresía que hay en la academia, y en el progresismo en particular, que alertó poco sobre el tema, a excepción de las corrientes socialistas, que son minoritarias aunque más importantes que fuera de las universidades. En Argentina hay dos suplementos del diario Página 12 que son bastante foucaultianos, Soy y Las 12, uno altersexual y el otro feminista, que, como son foucaultianos, a Nietzsche no lo criticaron, así como no lo hiciera Foucault, cosa que demuestra la ignorancia filosófica del democratismo libertario, porque Nietzsche fue pro-monárquico, anti-socialista, anti-popular, eugenésico, neopagano y machista, o sea, un tremendo reaccionario, lo que se nota a grandes rasgos al leerlo con actitud cuestionadora. En particular, pueden leerse los comentarios 748 y 749 de La voluntad de poder, que tiene muchas otras estupideces. El progresismo va a tener muchos problemas serios hasta que no admita su hipocresía y corrija sus errores.

Hay un dejo de la eugenesia de Friedrich Nietzsche en el macrismo, en lo que hace a la desarticulación de las áreas sanitarias destinadas a los seropositivos y cancerígenos, que se combina con el ajuste presupuestario requerido por la privatización de capitales del liberalismo ortodoxo. Lo que es seguro es que Nietzsche no estaría del lado de los pacientes, incluso aunque lo haya sido él mismo, porque los habría considerado como del vulgo enfermo y aliado con los trabajadores y socialistas, no como parte de la estirpe de los fuertes, y por ende los habría mandado a morir. Fue un privatizador aristocrático en la Alemania de las revoluciones burguesas. Vivió el proceso de unificación de esta nación y su conformación al orden burgués capitalista desde una postura pro-nobiliaria de teificación dionisíaca y zoroástrica, concorde con el fenomenismo escéptico y nihilista. Fue lunático, y le dio pie al anhelo ultranacionalista por los dioses antiguos y las tradiciones originales de Germania que prosiguió en el nazismo de distinta forma, y que tomaron de él la idea de eliminar a las razas inferiores, de higienismo social privado, prefigurada por aquél. El neopaganismo nietzscheano es antecesor del hitleriano, cuya mitología lo mezcló con los dioses medievales de la región germana, porque quisieron reflotar un supuesto pasado tradicional, de idealización del pueblo, éste como contenedor de la esencia de la nación, infestada por elementos externos, que eran los que fueron considerados como alemanes ilegítimos por el nazismo. Cuando los nazis persiguieron a los judíos hicieron una masacre crédica, porque los eliminaron por ser judíos, que a su vez se estaban capitalizando desde que el cristianismo hubiera dejado de prohibir la usura, lo que se inició en el medioevo de los Países Bajos. La gestación de los hábitos empresariales burgueses tuvo un hito en la desinhibición a la usura de la reforma protestante, que facultó a los burgueses mayores a enriquecerse en capitales monetarios, lo que antecedió en más de dos siglos a la revolución industrial, con la flexibilización de la contrarreforma de por medio, luego de que se inventara el motor a combustión de carbón, que revolucionó a la modernidad, tornándola capitalista. El capitalismo surgió en la modernidad protestante inglesa y de allí se expandió a toda la humanidad, lo que da cuenta de la superioridad del liberalismo respecto de las doctrinas políticas del resto de las naciones, que se le adaptaron, incluso en contrario, ya que el comunismo gobernante es un tipo de libertarismo, que puede estar tan fallado como el religioso.

Una medida reformista a corto plazo dentro del marco constitucional podría ser la de la restricción a la usura, ya que para su prohibición falta fuerza social.