Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

martes, 9 de enero de 2018

De la vigencia del eurocentrismo

El eurocentrismo tiene una vigencia relativa, subordinada al imperialismo estadounidense en el bloque internacional más importante de la Tierra, al que le sigue el chino, ruso e indio. El eurocentrismo mantiene una vigencia subordinada porque el capitalismo surgió en Europa, que impera sobre Oceanía, África y América, aunque sometida al liderazgo estadounidense. Para que el eurocentrismo deje de primar en el análisis geopolítico Europa tendría que dejar de ser preminente en el concierto internacional. En verdad, la teoría decolonial se equivoca al confundir al imperialismo con el colonialismo, porque eso le dificulta dar cuenta del imperialismo que le es posterior, el subsiguiente a las revoluciones que le dieron independencia política a las naciones que hubieron sido colonizadas, porque éste no se rige por el sistema de colonias. Luego de la oleada de revoluciones independentistas posterior a la segunda guerra mundial el imperialismo adoptó una forma diferente de la colonialista, que es la del sometimiento capitalista. El modelo colonial fue adoptado durante el capitalismo, porque ocurrió hasta la segunda posguerra, y persiste en países chicos como remanente del imperialismo monárquico, reformulado tras la oleada independentista, iniciada en Estados Unidos en 1776 y retomada en el subcontinente indio en 1947 y en el África en la década de 1960, tras la revolución haitiana de 1804 y la independencia latinoamericana que le prosiguiera. La reformulación del imperialismo independentista, basado jurídicamente en la legalidad supranacional de la ONU, la OMC, la OTAN y demás instituciones afines, como el CIADI, contiene al asentamiento en la periferia de las principales empresas, y el sometimiento financiero, mediante el sostenimiento del dólar como primera moneda de cambio internacional; la cotización bursátil del capital trasnacional, el endeudamiento de los países más productores de materias primas, la fuga a los paraísos fiscales, que están mistificados no sólo porque albergan dólares, una moneda monoteísta, sino porque la de los paraísos es una idea bíblica. El imperialismo capitalista hace a una fetichización de la realidad terrenal en la que el paraíso son los lugares exóticos en los que se atesora a las finanzas más altas, el purgatorio es la economía laborista, que tiene una pecaminosidad perdonable al clero estricto de acuerdo al esfuerzo personal entendido como sacrificio, y en la que el infierno es la desocupación y otras marginalidades. Es una disquisición mitológica, a la que no se reconoce como tal porque se supone que la mitología es una instancia religiosa superada por la fe verdadera, lo que no es cierto porque la fe, aunque sea verdadera, persiste siendo mítica, y no puede ser verdadera lo necesario para la buena dicha. La veracidad de la fe monoteísta, la de la modernidad liberal, es la del idealismo objetivo, por lo que es equívoca.