Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

martes, 9 de enero de 2018

Un ejemplo del obstáculo al buen relacionamiento causado por el mito de los cuernos

Las parejas tienen que concordar su vínculo, y para eso necesitan establecer cierta disciplina sexual, que evite el contagio de las enfermedades de transmisión sexual, pero, como la cuestión es difícil de tematizar, porque está condicionada por el mito cuernista, no se la habla lo que se debiera, y entonces el comportamiento conjunto se torna dudoso, porque se vuelve pasible de ser accidental. Esto se refiere a la prevención de las enfermedades sexuales, pero, en otros órdenes, como el sentimental, el asunto también está presente, porque como la polifilia, esto es, el hecho de que se tienen sentimientos amorosos por muchas personas, puede llevar a la poligamia, las personas a veces omiten expresar sus sentimientos por temor a desatar respuestas violentas en sus parejas, que están condicionadas por el temor al abandono y a la estigmatización, a lo que se suele entender como ataques de celos, o como manías posesivas.

La misma lógica se repite en los otros temas que están sujetos a mitos, ya que éstos persisten mal entrometidos, como un estorbo, dificultando su buena elaboración.

El mito de los cuernos es monogamizante, y repite la lógica de buscar ordenar a la práctica humana mediante la violencia, porque, al cometerse las infidelidades, los maridos y esposas que fueron engañados reaccionaron furiosos, de lo que, socialmente, o bien se les exigió a los transgresores que se comportaran de acuerdo al mandato dominante, o bien se les condenó a la marginación. El mandato dominante de este mito es el cristiano, porque la diferenciación entre dios y el diablo es cristiana. La figura del diablo es la que inspiró al mito de los cuernos, porque el diablo es un ser mítico de cabeza cornada, y además porque el pietismo supone que desobedecer al orden de su dios es adoptar la fidelidad al demonio, lo que tampoco es cierto siempre. Cabría analizar cómo sucede la articulación entre este mito matrimonial y las figuras del diablo en las religiones que no son cristianas.