Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

lunes, 5 de febrero de 2018

Cosas buenas de la posmodernidad

Una es la tolerancia. Las posmodernidad superó al modernismo crítico porque el comunismo cometió unas atrocidades tremendas, entre otras cosas al haber sido intransigente con la clase a la que llamó la pequeña burguesía, el empresariado urbano menor y la parte inferior del mediano, pero así como esa tuvo muchas más obstinaciones, asesinatos masivos, una guerra internacional, escalada armamentista, acaparación propietaria gubernamental, escolaridad pro-capitalista, ya que los soviéticos midieron su desarrollo económico en rublos, y capitalizaron a su clase dominante, que fue la del gobierno del PCURSS y lo siguen siendo la del PCCh y la del PCCu, a cuya acumulación habría que analizar comparándola con la de los países de gobiernos religiosos, que la hacen tanto en el ámbito público como en el privado, para afinar el análisis. Para ese desarrollo humano en las repúblicas soviéticas, su gobierno comunista dispuso la formación de sus mandatados, educándolos para algo a lo que ellos no quisieron sostener... pero la solución que le dieron al asunto fue para peor. La caída de la URSS marcó el medio siglo de deceso histórico en el que el liberalismo aristocrático se impuso por sobre el popular, que fue el del estado bienestarista, un capitalismo de centro entre democrático-religioso y socialdemócrata, que desde 1973 se trasnacionalizó y privatizó mucho con el auge de la especulación monetaria, bursátil y debital, la de la deuda. El liberalismo ordinario es superior al socialismo en que, en materia social, es universalista, aunque sea de universalismo fallado, porque eso es mejor que un particularismo verdadero, que es el del asalariaje. Para superar al liberalismo religioso, el ateísmo tiene que tener un holismo social mejor que el de aquél. El ateísmo tiende al socialismo porque desvincula a las personas de sus relaciones religiosas; exige que se recreen entre miembros de concepciones distintas, una de las cuales cuestiona la existencia de dios, lo que da pie a discusiones sobre la realidad y la política, así como impulsa a sus adeptos a entablar relaciones con las personas de otras concepciones, al romper las del credo originario. Entonces, las relaciones construidas por el ateísmo son tensas para las comunidades de fieles, porque les incita a revisar sus creencias, desde el respeto, por ser inferior, y porque cuando quiso imponerlo de mala forma causó traumas sociales grandes, cuando se evadió del asunto en el debate entre los mayores bloques ideológicos en pugna política, en el que la cuestión quedó relegada en pos de la Guerra Fría y del reordenamiento de la producción económica, que igual tiene que ser prioritaria, pero que es insuficiente para el buen reformismo social, que ni es necesariamente pacifista, aunque deba serlo, ni se acota obligadamente al marco constitucional, al que debe respetar.

Una gran parte de los miembros de los partidos comunistas son de clases relativamente privilegiadas, entre la media y la alta baja, como lo son algunos de los miembros de los partidos socialistas y del anarquismo, pero otra parte no lo es. La izquierda no debiera mal estimar la pertinencia de clase, y tener bien asumida a la suya propia, que no lo fue tanto de salariazgo bajo.