Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

lunes, 19 de febrero de 2018

La homilía y la humillación

La homilía fue entendida como humillación porque son palabras parecidas, pero su etimología diverge. La primera de las dos, procedente del griego antiguo, se refirió a la igualación de las personas, la cual se pregonó en los templos, sin que se equipararan las propiedades ni las relaciones entre las personas, aún con las salvedades que debiera haber tenido el caso, o sea que ya los sacerdotes de los templos antiguos de Grecia predicaron una igualdad que no se cumplía, lo que luego se replicaría en la ley moderna, que proclamó una igualdad jurídica que no funcionaba a consecuencia, entre otras cosas, de las malas diferencias sociales. Luego, la homilía se asoció a la humillación, porque los miembros de la iglesia adoptaron una actitud castigante de las faltas a los mandatos estipulados como sagrados, actitud que relacionaron con la aceptación de sus órdenes y con el reconocimiento de los propios pecados, limitaciones y errores. La humillación, en verdad, es la asunción humana del propio origen terrenal, porque viene del humus, la tierra. Concebir a la aceptación de la propia finitud como un el reconocimiento de la proveniencia terrenal de la humanidad es materialista, en tanto que el materialismo enfatiza en la materia más concreta, a la materna en particular, lo que tiene el defecto de subestimar a la más abstracta y el mérito de plantear que la primera antecedió a la segunda. Entonces, la humillación también debe ser buena, ya que podría serlo y no será bien aceptada la mala. Es un tema que le quedará pendiente a las próximas generaciones humanas, en el caso de que existan.

Las investigaciones de la geología biótica, que son materialistas, dieron cuenta de que la naturaleza proviene de la Tierra, porque es a partir de sus elementos que se generaron las primeras células vivientes. La de la asunción de las propias maldades e impedimentos es una connotación ajena a la etimología de la humildad.