Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 8 de febrero de 2017

El común de la gente confunde a veces la maldad con la ilegalidad, con nota sobre la piolada y la avivada

Una falta del proletariado, entendido como clase proclive a lo común, como familiariado, porque “prole” quiere decir “familia”, y eso tiene el problema de que los modelos familiares vigentes están mal definidos, es que, como no tiene mucho juicio histórico, y la comprensión social de la realidad es confusa, a veces se inclina por tomar a la legalidad vigente como parámetro del bien, y a las conductas condenadas por ella como malas, lo que puede ser correcto tanto como llevar a malos juicios. Pienso en particular en la corrupción que se le achaca a la clase política, a la cual, desde posturas liberales, se la suele despreciar, cuando se califica al estado de autoritario, o de incompetente, y demás, lo cual suele ser cierto, porque el estado es autoritario e incompetente muchas veces, pero el empresariado liberal también lo es, y en lo que es competente le hace daño a otros, y los empresarios liberales, que suelen ser capitalistas, acumulan propiedades en general mayores a las de los políticos corruptos, que a veces son empresarios también, pero como esa acumulación es legal el proletariado se piensa que no es mala, aunque otras veces la critican, mas sin considerarla corrupta, cosa que es porque se aprovecha de la debilidad de los obreros, es una inmoralidad, a la que se le llama “piolada”, o “avivada”. Semejante ignorancia le sirve a los medios comunicativos procapitalistas para ejecutar las campañas difamatorias de la clase política que no se les subordina, porque la ignorancia permite a la manipulación informativa.

El uso de la palabra “piola” puede ser válido según sea, aunque tiene la contra de que, como es polisémico, se le tiene que aclarar su sentido, pero lo mismo sucede con otras de índole universitaria, como “moral”, “piedad” y “explotación”. En cambio, el de “avivada” es más cuestionable, porque confunde al vivir con el abusarse, como si vivir fuese repudiable en sí mismo. Esto supone que vivir para sí mismo es malo necesariamente: arrastra los prejuicios falsamente altruistas del pietismo, que condenan al egoismo en vez que intentar ordenarlo para el disfrute social, en tanto que lo tienen prohibido, y proviene de la ética mortificante de la abnegación a sí mismo, que hace creer que demacrarse es sano, por aquello de purificar al alma mediante los castigos corporales. La solución a este tema es la del altruismo egoísta, porque los humanos somos individuos sociales: nuestra individualidad es precondición para nuestra socialidad, a la vez que proviene de ella. Lo que pasa es que la sociedad es un conjunto de individuos interrelacionados.