Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 22 de febrero de 2017

Neutralidad y objetividad

Hay una mala idea de la ciencia que condena a la objetividad, porque le atribuye al objetivismo la pretensión de reflejar a la realidad exterior tal cual es, pero esa no es la única manera de concebir al objetivismo, ya que puede entendérselo como la concepción que postula que las ideas que se sostengan tienen que explicar bien a los hechos de los que tratan, lo que no garantiza que sean del todo verdaderas, pero les pone una exigencia de racionalidad y de cotejo con la realidad, y además se las puede discutir si son falsas. Tendría que ser una objetividad discutible, pero para eso los disertantes tendrían que ser honestos, cosa que no pasa, o que incluso si sucede no es suficiente, porque las personas honestas lo son en el sentido de que obran de acuerdo a sus ideales, pero sin saber si ellos son verdaderos y justos, de lo que siguen a concepciones con fallas a las que no reconocen, por lo que se tornan en malignos sin darse cuenta, y en peores casos a conciencia. La neutralidad, como imparcialidad, también es falible, pero tiene de rescatable la intención de no ser cruel con una de las partes, de tener en cuenta a las razones de los distintos actores en pugna, lo que tendrá que ser superado con una concepción que se permita ser entrometida pero de manera justa. Podría ser un entrometimiento sensato y una objetividad abierta a los cuestionamientos serios.